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¿Quién tiene las memorias de Manuel Prado?
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¿Quién tiene las memorias de Manuel Prado?

Una lealtad real, el libro de memorias de Manuel Prado y Colón de Carvajal, íntimo amigo del rey, sigue dando qué hablar. Y eso que aún

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¿Quién tiene las memorias de Manuel Prado?

Una lealtad real, el libro de memorias de Manuel Prado y Colón de Carvajal, íntimo amigo del rey, sigue dando qué hablar. Y eso que aún no se ha publicado. En estos momentos, la editorial no quiere dar fechas concretas de cuándo saldrá a la venta para no tener que desdecirse nuevamente como sucedió cuando se adelantó que a principios de marzo la controvertida autobiografía estaría en las librerías.

Ahora, y tras recibir Manuel Pimentel, dueño de la editorial Almuzara, la inspiración divina, decidió que no era el momento oportuno. Según el ex ministro fue “una decisión consensuada con el autor ya que aún quedan juicios pendientes”. No hay que olvidar que Manuel Prado ha estado y está involucrado en varios procesos judiciales. Una información que, a la vista de lo sucedido, parece que olvidaron sopesar autor y editor cuando decidieron poner en marcha los recuerdos del primero a principios del 2006. En esa fecha se firmó el contrato y el “autor” cobró parte del anticipo que las editoriales retribuyen sobre las ventas posteriores. En el caso de Prado, aseguran que no superó los 36.000 euros. Una cantidad dividida proporcionalmente en varias partes. La primera parte se entrega a la firma; otra al presentar el manuscrito y una tercera cuando el trabajo está en la calle.

Hasta aquí el funcionamiento normal dentro del organigrama de cualquier editorial. Incluso estaba diseñada la campaña de prensa y preparado el listado de los volúmenes que el autor pensaba dedicar de su puño y letra. En este caso además, y según información recabada, el Rey sabía desde el principio de la existencia del libro. Por lo tanto, cabe deducir que no había impedimento que aconsejara inicialmente su retraso y mucho menos recomendaciones o presiones para cancelar el proyecto. Es más, los que saben de la amistad entre Prado y el Rey aseguran que de haber existido la mínima duda habría sido el propio autor el que habría interrumpido el trabajo literario nada más editarse las galeradas.

La primera copia que entregó Prado contó con el beneplácito de todos aquellos que estaban en el meollo de la idea. Quien tuviera que hacerlo dio el visto bueno y fue el momento preciso en que se puso en marcha el proceso de impresión que llegó hasta el telecosido. Es entonces cuando surge el problema o los problemas. Parece que alguien con poder y sensatez se da cuenta que la publicación del libro es una bomba de relojería. Y no por lo que narra el embajador Prado de sus vivencias y amistades, sino por lo que no cuenta. Es decir, un panegírico o una loa exagerada aderezada con secretos cotidianos sobre el titular real y su familia es lo menos conveniente. Entre otras cosas porque algunos de los nombres coprotagonistas del periodo pre y postcarcelario de Prado estaban preparados para dar la replica en cuanto el librito estuviera en la calle.

Con esos ingredientes, unidos al morbo que supone conocer ciertas intimidades contadas por el hombre que las ha vivido en primera persona, la conclusión es fácil de imaginar. Las memorias se iban a convertir en tema de debate público en tertulias de radio, televisiones y periódicos. Por lo tanto, y a pesar de las declaraciones de Pimentel, en el sentido de “no haber recibido presión alguna para su retraso”, la realidad es más que obvia. Una lealtad real podía traer demasiadas complicaciones, aunque editorialmente fuera un éxito. De ahí que se decidiera cancelar el proyecto para el que a estas alturas no hay fecha de publicación. Las primeras previsiones fijaban la salida previa al verano. Después pasó al otoño. Más tarde las navidades, la primavera y Semana Santa de 2009. Algo así como cuando los reporteros impertinentes preguntan a Juan Y Medio cuándo se casa y él contesta que “para la Virgen”. El problema es que nunca dice para la festividad de qué año. Con el libro de Prado ha ocurrido algo parecido. Aunque el trofeo será para quien consiga hacerse con alguna de las copias que no llegaron a destruirse. Con un poco de suerte algún listo lo subasta en Ebay.

Una lealtad real, el libro de memorias de Manuel Prado y Colón de Carvajal, íntimo amigo del rey, sigue dando qué hablar. Y eso que aún no se ha publicado. En estos momentos, la editorial no quiere dar fechas concretas de cuándo saldrá a la venta para no tener que desdecirse nuevamente como sucedió cuando se adelantó que a principios de marzo la controvertida autobiografía estaría en las librerías.