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Carmen Cervera bautiza a su nieto sin reconciliación
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Carmen Cervera bautiza a su nieto sin reconciliación

La baronesa Thyssen abrió las puertas de ‘Villa Favorita’ para celebrar el bautizo de Sacha, su nieto querido. Los jardines y parterres estaban en estado de

Foto: Carmen Cervera bautiza a su nieto sin reconciliación
Carmen Cervera bautiza a su nieto sin reconciliación

La baronesa Thyssen abrió las puertas de ‘Villa Favorita’ para celebrar el bautizo de Sacha, su nieto querido. Los jardines y parterres estaban en estado de revista, llenos de flores de color rosa que coronan las jardineras de piedra de las terrazas, la entrada principal y que se alternan con el césped bajo los magnolios. A pesar de los varios jardineros que trabajan en la casa, Tita supervisa absolutamente todo. Y estos detalles parecían indicar que este delicado gesto ponía punto y final a la guerra de desencuentros entre suegra, nuera y familia política.

Los que conocen a Carmen aseguran que tiene sus razones para no tragar a Heidi Unkoff. Otra cosa es el consuegro, del que por el momento no hay constancia de que quiera ascender al Olimpo mediático y, por lo tanto, la abuela baronesa lo obvia. Al menos, así ha sido hasta ahora. Carmen Cervera que no es mujer de hacer desprecios gratuitos, porque ella misma los sufrió tanto en el aspecto social como en el familiar a través de los desplantes de los hijos del barón. Por eso, quiso un bautizo en condiciones, pero sin concesiones.

A pesar del buen rollo que la otra parte quiere transmitir en el sentido de una cordialidad generalizada, esa afectividad se transmite exclusivamente a Borja y al bebé Sacha. Del resto de familia colateral me parece que quiere saber poco por no decir nada. Choca, por ejemplo, que la familia política no pernoctara en ‘Villa Favorita’, un palacete que visité poco antes de que Carmen cambiara de estado civil y del que sólo recuerdo que era grande, muy grande y con capacidad para albergar a cualquier asociación de vecinos de Groenlandia. Habitaciones espaciosas, cinco o seis dormitorios completos y una zona de servicio del tipo hotel cuatro estrellas. Y por supuesto, el “adosado” de Borja donde también se podían haber quedado Heidi y Miguel.

Me confirman que si no lo hizo “por algo será porque es una de las mujeres más generosas que conozco”, me apunta una de sus íntimas. Tampoco quiso compartir el avión privado. Los padres Cuesta viajaron hasta Milán en línea regular y de ahí en coche hasta Lugano. Llegaron a las siete de la tarde y ese día tampoco cenaron en amor y compañía. Blanca, como buena hija, se acercó a saludarles y no se vieron hasta la mañana siguiente que era el día elegido para bautizar a Sacha. Por lo que cuenta mi garganta profunda, el sacramento se celebró en uno de los salones, el llamado gótico. Dos amigos de la pareja (ella italiana) ejercieron de padrinos. Por aquello de ser los encargados de velar por el ahijado en el caso de faltar los padres, los elegidos nunca sobrepasan los cuarenta años. Y sin son más jóvenes, mejor. Por eso nunca se planteó que la baronesa abuela fuera la madrina del bautismo.

Tras la ceremonia, aperitivo y almuerzo para las cuarenta y dos personas convocadas, entre las que curiosamente no se encontraban los hombres de Tita. A ‘Villa Favorita’ nunca llegaron Manolo Segura, ni Javier Báñez. Otros dos íntimos como Mercedes Lasarte y Antonio Salcedo tampoco participaron de la fiesta religiosa. El salón francés parece que fue el elegido para el ágape bautismal. Seis mesas independientes. Carmen es muy lista y de esta forma protocolaria dejaba claro quién era la dueña y señora de la casa y además quién cortaba el bacalao.

Me cuentan también que en un momento determinado la abuela Heidi tomó la iniciativa del brindis. Una gesto natural que parece que a la anfitriona no le agradó del todo. Quizá lo único que no cuadra en esta historia de amores y desamores sea el cambio de tercio de Tita en la participación de la exclusiva del hijo. El miércoles veremos en ¡Hola! si efectivamente Tita ha sucumbido y aparece con su Chanel escoltando a los papás y al recién nacido.

Por cierto, intuyo que el primer regalo importante ha sido un cuadro que por el momento tiene la titularidad Tita. Y otra cosa, si el bautizo no ha servido para la reconciliación de los protagonistas de esta historia, ¿habrá que esperar a la Primera Comunión del niño?

La baronesa Thyssen abrió las puertas de ‘Villa Favorita’ para celebrar el bautizo de Sacha, su nieto querido. Los jardines y parterres estaban en estado de revista, llenos de flores de color rosa que coronan las jardineras de piedra de las terrazas, la entrada principal y que se alternan con el césped bajo los magnolios. A pesar de los varios jardineros que trabajan en la casa, Tita supervisa absolutamente todo. Y estos detalles parecían indicar que este delicado gesto ponía punto y final a la guerra de desencuentros entre suegra, nuera y familia política.