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¿Qué hay detrás de la demanda de Telma?
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¿Qué hay detrás de la demanda de Telma?

Desde que se supo que la hermana de la Princesa de Asturias había interpuesto una demanda contra más de cincuenta medios periodísticos (empresas incluidas) solicitando medidas

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¿Qué hay detrás de la demanda de Telma?

Desde que se supo que la hermana de la Princesa de Asturias había interpuesto una demanda contra más de cincuenta medios periodísticos (empresas incluidas) solicitando medidas cautelares, su tema se convirtió en ‘el tema’. Y más cuando la jueza resolvió judicialmente denegar este requerimiento. (Ver sentencia).

Este asunto se ha convertido en debate de tertulias políticas, programas especiales, columnas de opinión, titulares de prensa extranjera y, en menor medida, reportajes en la prensa de entretenimiento. En esta prensa, también llamada del corazón, es donde en época de elecciones los candidatos políticos aparecen radiantes posando en el saloncito de la casa familiar o en la de veraneo dependiendo de la circunscripción que representen. Y se adereza con entrevistas amables y los niños propios o ajenos muy cerca del papa/mamá/tía/tío candidato. Pocos políticos se resisten. Por ejemplo, Bono, Pujol, Suárez, De la Vega, Rajoy han dado esa imagen más cercana a través de momentos caseros y privados en el escaparate de “sociedad”.

Esta misma prensa es también la que publica extensos reportajes de los viajes institucionales de los reyes, los príncipes y las visitas de las Infantas a las ONG’s. Los periódicos se limitan muchas veces a un pie de foto. Las empresas a las que Telma Ortiz quiso “intervenir” judicialmente se ocupan de dar esa visión más solidaria y fraternal que el resto de los soportes periodísticos que ha dejado al margen. Una decisión que los abogados de las partes demandas (y hasta las no demandadas) ni entienden ni encuentran justificación legal. Como tampoco se explican que si lo que quería era pasar desapercibida no sopesara (¿o sí?) lo que suponía una denuncia de este calibre, máxime cuando las relaciones de los reales suegros y las reales cuñadas de su hermana con los medios ha resultado habitualmente equilibrada y objetiva.

En este sentido, los comentarios que circulan son que la Casa Real quiere mantenerse al margen de todo el debate que ha supuesto la demanda. Nada de comentarios públicos y mucho menos comunicados oficiales. Ni tan siquiera oficiosos. Sí es cierto, como han comentado algunos de los periodistas protagonistas de esos encuentros privados con el Príncipe de Asturias y su mujer, que desde un principio ha querido dejar claro cual era su postura. Con frecuencia, el heredero recibe en Zarzuela a periodistas con los que charla informalmente y comenta aspectos relacionados con la política nacional, internacional, económicos, viajes institucionales… Normalmente, la ex colega princesa suele sumarse a estos encuentros “para saludar”.

En una de estas visitas, y cuando el tema Telma era ya noticia de tertulias, la nuera real pregunto al invitado cual era su opinión. Este respondió que le parecía una barbaridad la denuncia de Telma. Viendo el cariz que tomaba la charla, le dijo a sus interlocutores que prefería cambiar de tema. Fue entonces cuando la princesa le explicó que ella y el príncipe apoyaban a la hermana y cuñada. Al salir de palacio y comentar telefónicamente su desconcierto con otro colega, que también había asistido a estos encuentros, éste le dijo que a él le había ocurrido lo mismo. Efectivamente, y como decían, lo normal y esperado es recibir el apoyo incondicional de la familia. Otra cosa es aplaudir decisiones que no sólo no sirven de ayuda, sino todo lo contrario. Mejor hubiera sido, por ejemplo, un buen asesoramiento legal. Porque a Telma Ortiz, como al resto de los ciudadanos, la defiende la Constitución y las leyes civiles. Nadie puede calumniar, ni acosar, ni conducir temerariamente, ni entrar en una propiedad privada porque todo eso son delitos perseguibles. Y por lo tanto quien lo haga es a quien hay que denunciar y no al universo genérico.

A pesar de los muchos agobios que han padecido Paloma Rocasolano, Jesús Ortiz, la abuela Menchu, y los abuelos Francisco y Enriqueta, son un buen ejemplo de cómo se puede llevar públicamente ser parientes colaterales. Salvo determinadas circunstancias relevantes que afectan a su condición de hermana de princesa y tía de infantas, más ahora el desmelene jurídico, las actuaciones personales de Telma Ortiz son eso, privadas e íntimas. Otra cosa sería si mañana decide, como ha hecho la tía Henar, posar y dar entrevistas, ya sea por vanidad o por dinero.

Desde que se supo que la hermana de la Princesa de Asturias había interpuesto una demanda contra más de cincuenta medios periodísticos (empresas incluidas) solicitando medidas cautelares, su tema se convirtió en ‘el tema’. Y más cuando la jueza resolvió judicialmente denegar este requerimiento. (Ver sentencia).