Es noticia
Menú
Letizia se distancia de la realeza europea
  1. Noticias
NOTICIAS

Letizia se distancia de la realeza europea

Letizia Ortiz no es Mary de Dinamarca, ni Máxima de Holanda, ni Mette-Marit de Noruega, ni Matilde de Bélgica… Con todas ellas tiene algo en común:

Foto: Letizia se distancia de la realeza europea
Letizia se distancia de la realeza europea

Letizia Ortiz no es Mary de Dinamarca, ni Máxima de Holanda, ni Mette-Marit de Noruega, ni Matilde de Bélgica… Con todas ellas tiene algo en común: haberse convertido en heredera al trono de un país sin tener ascendencia real, noble o aristocrática. Pero la Princesa de Asturias ha desarrollado un estilo opuesto a sus compañeras europeas, con una escueta agenda en solitario, con una fuerte protección a su familia y con una nula relación con otras casas reales del viejo continente.

Si hay algo de lo que pueden presumir las princesas plebeyas europeas es de haber encontrado su lugar dentro de sus familias de acogida. No es que Letizia no esté integrada en su nueva vida, sino que ellas, se supone que bien asesoradas, han acertado a la hora de desarrollar su actividad pública. Quizás esa sea una de las asignaturas pendientes de la Princesa de Asturias. Tras cuatro años de matrimonio, su agenda personal se caracteriza por la brevedad. Son pocos los actos oficiales a los que asiste sin la compañía de su marido de momento, aunque poco a poco está comenzando a volar sola. Sin embargo, todavía no tiene trazado un perfil concreto. Unas veces se trata de eventos solidarios, mientras que otros son de tipo cultural.

Las princesas europeas van más avanzadas en este aspecto. Máxima de Holanda, por ejemplo, realiza viajes en solitario al extranjero. También Mette-Marit ha participado en algún evento fuera de las fronteras de su país. Aunque su marido la acompañó, no asistió a ningún acto oficial. Mary de Dinamarca, mucho más lanzada, se apuntó al servicio militar de su nuevo país e, incluso, distribuyó fotos suyas vestida de militar. Además, al poco de casarse ya tenía agenda propia y casi dos decenas de asociaciones apadrinadas. No resulta extraño verla en tres o cuatro actos a la semana en solitario. Además, las familias reales europeas reparten fotos de sus hijos y su vida familiar con más frecuencia que la Casa Real Española. Sin embargo, por detrás queda Mónaco, que parecen vivir en una isla.

Vestuario a la carta

La elegancia y el saber estar es una asignatura obligatoria para todas aspirantes a reina. Hace unas semanas, Mary reconoció en una entrevista que “tras mi compromiso aprendí que tenía que estar apropiadamente vestida para cada ocasión”. Para estar siempre perfecta contrató a un estilista que le aconseja en cada situación. En este sentido, a todas les ganas la partida Carolina de Mónaco, princesa de cuna y musa de muchos diseñadores.

La Princesa de Asturias, en cambio, no ha conseguido ese aire ‘chic’ del que no gozan todas princesas europeas. A Letizia no le interesa la moda y no cuenta con un profesional que le aconseje qué traje descolgar del armario para cada día. En este sentido, es mucho más autodidacta. Siempre es fiel al mismo diseñador, Felipe Varela, lo que le ha reportado algunas críticas. Otras plebeyas reales suelen variar más. Sin embargo, la Princesa de Asturias está más preocupada por otros asuntos más importantes para desarrollar su trabajo.

Las relaciones de Letizia con otras casas reales son escasas. Don Felipe y su esposa casi nunca visitan a los primos europeos. Si bien es cierto que han acudido algún que otro evento, no es la tónica habitual. También hay que tener en cuenta que la nuera real ha tenido dos embarazos malos en cuatro años, lo que le ha impedido viajar con asiduidad. Otros herederos se relacionan entre ellos. A la boda de Joaquín de Dinamarca asistieron en bloque los príncipes nórdicos. Además, hace unas semanas, la Infanta Cristina hizo de anfitriona de Máxima de Holanda, su marido y sus hijos. Visitaban Barcelona y no sólo les enseñó la ciudad, sino que les alojó en su casa.

Pese a sus virtudes y sus defectos, la Princesa de Asturias es muy apreciada entre los europeos. Cuando algún país realiza alguna votación para ver quién es la más elegante o la que mejor desempeña su trabajo, Letizia siempre aparece bien situada en estos rankings. En uno de los últimos se elegía su vestido de novia como el mejor de la realeza. Y eso que no le gusta ser elegante.

Letizia Ortiz no es Mary de Dinamarca, ni Máxima de Holanda, ni Mette-Marit de Noruega, ni Matilde de Bélgica… Con todas ellas tiene algo en común: haberse convertido en heredera al trono de un país sin tener ascendencia real, noble o aristocrática. Pero la Princesa de Asturias ha desarrollado un estilo opuesto a sus compañeras europeas, con una escueta agenda en solitario, con una fuerte protección a su familia y con una nula relación con otras casas reales del viejo continente.