Las lágrimas de Nieves Álvarez

Nieves Álvarez ha sido nuestra modelo más internacional y musa del recientemente fallecido Yves Saint Laurent. Seguro que la emoción ha embargado a la modelo madrileña con esta perdida y que ha derramado alguna que otra lágrima. Algo parecido, pero por un motivo bien distinto, le sucedió en el bautizo de sus mellizos. Según ha contado la top española a Vanitatis.com, fue un momento muy especial porque “queríamos hacerlo distinto, más íntimo, con buena parte de la familia, algo que no ocurrió con el bautizo de Adriano”.

La modelo y su marido, Marco Severini, se trasladaron a principios de mayo a Roma para pasar unos días y celebrar por todo lo alto el bautizo de Brando y Bianca. Según Nieves, “fue precioso. El niño no lloró y la niña un poquito ya que el agua estaba fría”. Los mellizos están a punto de cumplir los seis meses y “son niños muy buenos”. A la niña ya le ha salido un diente. “Tanto Brando como Bianca se portan de maravilla. Adriano no tiene celos y está muy contento con sus hermanos”, dice la modelo.

La guapa madrileña tiene en su marido su principal aliado y le ayuda en todo. “Hoy he viajado a Barcelona para desfilar para Patricia Avendaño y Marco se ha quedado con los tres. Es una suerte”, reflexiona. Nieves procura espaciar muchos sus viajes, que sean cortos o que solo le ausenten una noche de casa. La modelo combina muy bien su faceta de madre, ama de casa y modelo. Su visita a Barcelona ha estado llena de recuerdos. Hacía meses que no desfilaba y, además, se enfundó un precioso vestido de novia.

Álvarez tiene muy presente su boda en Bali con un vestido de Ungaro. “El otro día veía la caja donde guardo todavía el vestido y me vinieron a la cabeza muchas cosas”, reconoce. Nieves tiene presente todos los detalles de su enlace y la suerte que tuvo al conocer a su marido: “Entre nosotros nunca ha habido celos profesionales. Cada uno tiene su espacio”. La top reconoce que Marco ha llevado muy bien la notoriedad que ella ha conseguido con los años.

La modelo añade que su media naranja es todo un número uno en la fotografía, que prefiere disparar la cámara a ser captado por el objetivo. Resulta difícil en una pareja asumir a veces el éxito de uno de los cónyuges, aunque no es éste el caso.

Nieves conoció a Marco en 1993. Él, por aquel entonces, ya era un fotógrafo reputado y ella era un modelo que despuntaba con fuerza. La historia de amor de este matrimonio es todo un cuento de hadas con tres retoños que llenan todos los espacios de su vida. Actualmente, Nieves combina varios trabajos: el de imagen de una firma de cosméticos y el de embajadora de una marca de relojería y joyas. La modelo combina su agenda con el negocio de restauración que posee junto a su gran amigo Roberto Torretta.