Bermejo, Aguirre, Losantos y el Rey, juntos en la confirmación de Cayetano

Se le esperaba, como marca la tradición, y el Rey Don Juan Carlos volvió el miércoles a Las Ventas. La Corrida Extraordinaria de Beneficencia, la más importante de la temporada, tenía lugar en un día sonado: el hijo del malogrado ‘Paquirri’, Cayetano Rivera Ordóñez, de azabache y plata, confirmaba su alternativa (Ronda, septiembre de 2006) haciendo el primer paseíllo en la arena madrileña y el Supremo había declarado nulo, esa misma mañana, el concurso de Adjudicación de la Plaza de Toros de Madrid celebrado en 2002, sistema que se ha utilizado hasta hoy día.

Desde el burladero vigilaba su hermano Francisco, sin Blanca, y vestido para la ocasión con un traje gris oscuro, camisa rosa y corbata color azul eléctrico. Mascaba chicle con gesto serio. Ante su segundo, con el mismo semblante, el veterano Rivera le aconsejaba.

Entre el público, sin pareja también, la concejala madrileña, Ana Botella, el diputado popular José María Michavila y el periodista Federico Jiménez Losantos, entre otras caras familiares, disfrutaron de la faena. Arancha de Benito acudió al festejo sin el futbolista Guti y el gran hermano Mario, de la cuarta edición del 'reality show', también celebró la fiesta en solitario.

Una plaza blindada

El pequeño de los Rivera brindaba la faena al Rey, que, sin doña Sofía, como en anteriores ocasiones, presenció la tarde desde el Palco Real junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ataviada con un traje color plata, y el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. Las interferencias, consecuencia de las extremas medidas de seguridad tomadas por la presencia de Su Majestad, no dejaron escuchar bien al monarca, a quien el madrileño le dedicó el toro Pesadilla, con “honor” y “orgullo”. Finalizó su primero con ovación del respetable y se llevó una oreja en el cuarto.

Junto con el diestro de Dinastía, la terna la completaron Morante de la Puebla, padrino de la ceremonia, que cortó una oreja, y el alicantino José María Manzanares, del que era su última tarde de 2008 en Las Ventas, con astados de Núñez del Cuvillo.

Expectación para José Tomás

En la reventa de la jornada los negociantes se hicieron de oro: vendieron cemento a 400 euros en zona media, pero nada comparado con lo que ocurrirá en la tarde del jueves con el regreso de José Tomás. Se habla de entradas a 2.000 euros. La expectación es máxima. Habrá mucha fémina y mucho glamour.