La misteriosa novia de José Tomás

Dicen que Manolete es el espejo en el que se mira a diario José Tomás, que le imita en muchas cosas, tanto dentro como fuera de la plaza. Que si el diestro de mediados del XX llevaba su vida privada con total discreción, el maestro José le sigue la pauta a rajatabla. Manolete vivió amores “furtivos” con aquella belleza de nombre Lupe que tanto le lloró en su muerte, y Tomás vuelca su cariño en una joven andaluza, con la que vive entre la localidad malagueña de Estepona y la madrileña de Galapagar desde hace unos seis años.

Tan “secreto” es su amor por esta chica -unos cuentan que se llama Isabel, otros que Beatriz-, que apenas se sabe algo de una relación que podría acabar en boda este mismo año, según indican fuentes cercanas al torero. Pero él, al igual que en su día su ídolo Manolete, no suelta prenda. Lo suyo es torear, callar y pasear tranquilamente a sus cuatro perros, uno de ellos llamado curiosamente Manolete.

Se sabe muy poco de la pareja de José: que trabajaba en un centro comercial de Estepona, lugar donde conoció en el 2002 a su novio; que es morena, muy atractiva y dos o tres años menor que el torero; que no le gusta presenciar en la plaza las corridas en las que interviene su gran amor, que, al igual que el resto de mujeres de toreros, aguarda nerviosa en casa a que José la llame por teléfono después de cada faena…

Las únicas imágenes de la pareja las publicó una revista mientras daban un paseo por la playa de Estepona. Sin embargo, en ellas no se distinguía nada. Esa misteriosa mujer es la ‘Lupe’ de José Tomás, una joven que no busca el menor protagonismo y que sabe estar siempre en un segundo plano, porque entiende que la única “estrella” es el hombre que tiene a su lado. Bendita humildad.