Ritchie, de director de culto a ‘marido de’

Dicen que detrás todo gran hombre hay una gran mujer. Pero en ocasiones se da el caso inverso. Detrás de una gran estrella puede haber también un artista de renombre que tiene que luchar por no quedarse atrapado en la sombra de su esposa. Y es ese es el caso de Guy Ritchie, un cineasta prometedor, con unos inicios espectaculares, al que se le acabó la carrera el día que le dio el ‘sí quiero’ a Madonna. Sin embargo, ahora parece que tiene una segunda oportunidad.

Guy Stuart Ritchie nació hace casi cuatro décadas en Londres. Como sus padres no eran millonarios, no pudo permitirse el lujo de estudiar en una buena escuela de cine. De hecho, durante una época llegó a criticar a los que recibían clases porque se les anulaba la creatividad. Irreverente y autodidacta, se embarcó en el proyecto Lock, Stock and Two Smoking Barrels.

Tardó en rodarla debido a la falta de presupuesto, ya que eran pocos los que creían en su talento. Al final, no sólo consiguió el dinero, que salió del bolsillo de la mujer de Sting, sino que el filme fue un éxito. De hecho, llegó a ser comparado con Tarantino por su manera de entender el cine. La productora de Tom Cruise se encargó de distribuirla en Estados Unidos.

Con los principales productores del mundo rendidos a sus pies abordó su segundo trabajo, Snach, cerdos y diamantes. La cosa acabó mejor todavía. No sólo la gente fue al cine a ver esta comedia de contrastes, llena de grandes estrellas que habían aceptado su oferta, sino que los críticos alabaron su buen hacer. Y fue en este momento cuando conoció y se casó con Madonna, una cantante de vida intensa diez años mayor que se mudó a Londres por él. Su boda, en un castillo y rodeado de grandes estrellas, fue el acontecimiento del años.

Este fue el fin del director. Cuando todos pensaban que su carrera iba a despuntar, Ritchie se colocó en un segundo plano detrás de la reina del pop, con la que tuvo a su hijo Rocco. En esa época, el director autodidacta tuvo la feliz idea de dirigir a su mujer en el remake de una comedia de los años setenta. Fue un auténtico desastre. Barrido por las mareas recibió unas críticas horribles; fue nominada a los premios Razzies tanto su director como su protagonista. Era tan mala que en Gran Bretaña no la estrenaron ni en los cines. Directamente la colgaron de las estanterías de los videoclubs.

Pese al fracaso, Ritchie no se desanimó comenzó a escribir su siguiente trabajo, Revolver. Estrenada en 2005, pasó sin pena ni gloria por las carteleras internacionales. En estos años, Ritchie se convirtió en el ‘marido de’. Sus apariciones en público estaban siempre ligadas a la vida de su esposa. En 2007 consiguió rodar un capítulo de una serie, un entretenimiento más que una obligación. Ahora, está a punto de estrenar un nuevo filme, aunque no se espera que con él vuelva a sus inicios.

Últimamente Ritchie está más en las páginas de sociedad por la inestabilidad de su matrimonio que por sus méritos cinematográficos. Mientras todos dan por sentado que su matrimonio con Madonna tiene los días contados, ha conseguido que la Warner le fiche para dirigir las nuevas aventuras de Sherlock Holmes. Hasta que empiece el rodaje puede ir preparando los papeles de la separación que le podrían convertir en uno de los hombres más ricos del momento. Quizás así vuelve a brillar con luz propia.