Es noticia
Menú
Lydia Hearst, la heredera más sexy
  1. Noticias
NOTICIAS

Lydia Hearst, la heredera más sexy

Si William Randolph Hearst levantara la cabeza, volvería a su retiro tras conocer a sus descendientes y herederos de su fortuna. Y es que son carne

Foto: Lydia Hearst, la heredera más sexy
Lydia Hearst, la heredera más sexy

Si William Randolph Hearst levantara la cabeza, volvería a su retiro tras conocer a sus descendientes y herederos de su fortuna. Y es que son carne de grandes titulares de periódicos sensacionalistas. La última en dar la nota ha sido su bisnieta Lydia Hearst, que se ha convertido en modelo de ropa interior. Pero tampoco hay que olvidar que su madre fue secuestrada por una guerrilla de liberación y que acabó uniéndose a ella para, posteriormente, quedarse embarazada de un guardaespaldas.

A sus 23 años, Lydia Hearst intenta abrirse un hueco en el mundo de la moda y la interpretación. Esta joven nació en Connecticut de los amoríos de su madre con su guardaespaldas, llamado Bernard Shaw. Sin embargo, no fe una canita al aire ya que la pareja, después del nacimiento de la niña, formalizó su relación en el altar. Ella siguió con su vida de millonaria, mientras que él pasó a controlar la seguridad de todas las empresas con el sello Hearst.

Tras matricularse en la universidad, Lydia fue descubierta por un fotógrafo que la animó a cambiar los estudios por la moda. Así, y quizás por el peso de sus apellidos, uno de sus primeros trabajos fue para la revista Vogue Italia, donde incluso ocupó la portada. Representada por una de las mejores compañías de modelaje, firmó un acuerdo con Puma. Quedaron tan encantados con sus servicios que la contrataron para diseñar una edición limitada de bolsos. Entre trabajo y trabajo recibió un prestigioso premio al ser seleccionada como ‘Modelo del Año’.

Unas provocativas fotos la han devuelto al plano social. La joven ha sido la elegida por la empresa Myla para posar con su colección de lencería de otoño-invierno. Para ello, contrató a un entrenador para modelar su figura. Además, también intenta labrarse un futuro en el cine. De momento, sólo ha participado en un episodio de la serie Gossip Girls. Pero hay otros dos trabajos que no olvida: el de heredera -se quitó el apellido paterno para recordar que es una Hearst- y el de periodista ya que, cuando le apetece, escribe en el New York Post, siempre mirando la foto de su bisabuelo para inspirarse.

Ella no se considera una heredera al más puro estilo Paris Hilton ni una socialité de las que van al club de polo con su Lacoste. No le gusta el champán y adora la cerveza, la carne y la pasta. La verdura no entra en su dieta. Pese a ello, se toma su trabajo en serio. Sin embargo, vive en un lujoso apartamento en Nueva York justo enfrente del edificio donde están instaladas las oficinas familiares. Quizás, en un futuro, ese sea su destino.

El peso de un apellido

La historia familiar de los Hearst es tan intensa como extraña. Su bisabuelo, retratado en la película Ciudadano Kane de Orson Welles, creó un gran imperio mediático gracias a la prensa sensacionalista. Se casó con una corista con la que tuvo cinco hijos y a la que abandonó por la actriz Marion Davies, que vio como su carrera tocaba fondo. Todos sus chicos pasaron a controlar el negocio familiar y así generación tras generación.

La madre de Lydia, Patricia Hearst, nieta del fundador, fue secuestrada en 1974, con 19 años, por Symbionesse Liberation Army. En vez cobrar un rescate, consiguieron lavar el cerebro a la joven, que se unió al movimiento y robó varios bancos. Fue juzgada y sentenciada a prisión, aunque sólo cumplió 22 meses gracias a una amnistía presidencial. Con un guardaespaldas pegado siempre a ella, pasó lo que tenía que pasar: tuvieron una aventura y ella se quedó embarazada. Al final se casaron. Ella ejerció de lo que es, heredera, lo mismo de lo que ahora presume la trabajadora bisnieta.

Si William Randolph Hearst levantara la cabeza, volvería a su retiro tras conocer a sus descendientes y herederos de su fortuna. Y es que son carne de grandes titulares de periódicos sensacionalistas. La última en dar la nota ha sido su bisnieta Lydia Hearst, que se ha convertido en modelo de ropa interior. Pero tampoco hay que olvidar que su madre fue secuestrada por una guerrilla de liberación y que acabó uniéndose a ella para, posteriormente, quedarse embarazada de un guardaespaldas.