Los yates de las 'celebrities' amarran en Formentera

A veinte kilómetros de Ibiza, Formentera se ha convertido en el paraíso de la escapada de los famosos. Sólo once millas náuticas separan a la glamourosa pitiusa mayor, de la menor, por lo que no es raro ver los barcos de los millonarios que veranean en la primera isla anclados en las casi desérticas calas de la segunda. Famosos como la presentadora de TVE, Sonia Ferrer y su marido, Marco Vricella, han elegido este año Formentera para alejarse del ajetreo de la ciudad y celebrar su primer aniversario de boda en la más absoluta tranquilidad. Valentino Rossi con Ariadna y Zidane con su mujer Verónica y sus pequeños Enzo, Luca, Theo y Elyas son otras de las celebrities que, en anteriores ocasiones, han acudido a coger color en sus playas.

Este mes de julio, la isla fue una de la paradas del tour organizado por la prestigiosa presentadora alemana Sabine Christiansen y el empresario francés Norbert Medus, que, tras darse el sí quiero en París, eligieron Formentera y las islas cercanas para celebrar en enlace junto a sus amigos. Por la isla pasaron –sin hacer mucho ruido- personalidades de la talla de Rashida Dati -ministra francesa de Justicia-, Bertrand Delanoe -alcalde de París- o el mandatario berlinés, Klaus Wowereit.

En los muelles de esta isla, en la que los famosos –casi- se aseguran no acabar acaparando portadas en la prensa rosa, han amarrado los barcos alquilados por el cantante Marcos Llunas, los tenistas Àlex Corretja, Albert Costa y Javier Sánchez Vicario, Gemma Mengual, la golfista Paula Martí o los diseñadores Jordi Labanda y Francesc Pons, entre otros.

Son sólo veinte minutos de navegación los que separan al ajetreo ibizenco de la paz de la pequeña pitiusa y calas como La Mola, Cap de Barbaria, Es Cap Alt, Es Pí dén Catalá o Platja del Migjorn y Costa de Tramuntana se presentan como el lugar ideal para pasar la tarde antes de volver al cinco estrellas. Muchos ni siquiera bajan a tierra firme, pero los que lo hacen, saben que ver la puesta de sol desde Can Rafaelet no tiene igual a ninguna otra y que disfrutar de unas copas en las terrazas cercanas al embarcadero de este pueblo, no tiene precio. Los paparazzi ya han instalado puestos de vigilancia en la zona, pero nada comparado con las ‘trincheras’ excavadas en Ibiza, por lo que este verano, los barcos de los beautiful de Ibiza seguirán navegando hacia el paraíso más chic de las islas baleares, un paraíso que ha comenzado a ponerse de moda entre quienes más entienden de placer y disfrute personal.