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Francisco Rivera, el conquistador de Oriente y Occidente
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Francisco Rivera, el conquistador de Oriente y Occidente

Poco le ha durado la relación estable con la prima de su ex mujer. Tan ‘sólo’ dos años y medio. Dados los tiempos que corren y

Foto: Francisco Rivera, el conquistador de Oriente y Occidente
Francisco Rivera, el conquistador de Oriente y Occidente

Poco le ha durado la relación estable con la prima de su ex mujer. Tan ‘sólo’ dos años y medio. Dados los tiempos que corren y la personalidad de nuestro protagonista, pudiera ser que para el primogénito Rivera el tiempo sentimental se cuantifique de otra forma y los ochocientos días de amor con Blanca Martínez de Irujo sean comparativamente igual que las bodas de oro para otros. 

Salvo su matrimonio con Eugenia, que fue una especie de montaña rusa con rupturas y reconciliaciones, esta convivencia con “la mujer más importante de mi vida” según sus propias declaraciones ha sido el vínculo más firme en la vida amorosa del torero. Cuando Francisco confirmó en exclusiva a nuestro compañero de Vanitatis.com Santi Meifren (ver noticia) que la ruptura era un hecho y que efectivamente el rumor que estaba en la calle era verdad, no por eso dejó de sorprender.

Parecía que por fin el inestable Rivera había encontrado la tranquilidad. Hubo un tiempo en que la pareja buscó descendencia, pero el hijo deseado no llegó. Atrás quedaban mujeres de todo tipo y condición que forman parte de la leyenda amorosa del torero cautivador. El detonante del abandono dicen que ha sido una joven y bella asiática que estuvo presente en la corrida 1.000 de Estepona. La china como la llaman ya no esta en España. Voló (como la letra de la habanera) rumbo a Nueva York.

Muchos aficionados se percataron de la movida y el runrún tomo cuerpo: “Rivera le hacía ojitos a la china. Fue todo muy obvio”. Si hubo o no remate, sólo ellos lo saben, aunque dada la toma de postura de Blanca podría ser que la vuelta al ruedo no solo fuera taurina. El caso es que en estos momentos Francisco vuelve a estar soltero y sin compromiso. Blanca, por su parte, está muy triste. Según parece estaba convencida que su relación era para toda la vida. Que podía reconvertir al torero conquistador en un marido de pantufla y paella dominguera. Un error en el que suele caer más de uno/una.

Normalmente esas historias nunca acaban bien. Sobre todo porque Blanca conocía de primera mano lo mucho que sufrió su prima Eugenia con las escapadas de Fran. Durante mucho tiempo fue su paño de lagrimas, su confidente, su amiga y consejera. La casa de Milán donde vivía Blanca con su ex marido sirvió muchas veces de oasis en el desierto de tristezas de la duquesita de Montoro, que lo pasó francamente mal cuando se entero que “su pariente del alma” la había traicionado liándose con su marido.

Al principio nadie de la familia la creía. De hecho y hasta mucho después la duquesa de Alba no llego a creerse el romance y culpaba a su hija de inventarse la historia por puro resentimiento. Cuando ya se hizo oficial la madre de Eugenia procuró poner tierra por medio y salvo contadas excepciones, nunca más volvió a recibir a Blanca como sobrina que era. Incluso cuando a Cayetana la operaron por sus problemas de espalda, Francisco acudió solo al hospital. La aristócrata considera la lealtad una de las cualidades fundamentales y su sobrina Blanca no solo había traicionado a la hija sino también a ella.

 

Dice el refrán que lo que mal empieza (con los engaños a Eugenia) mal acaba. Blanca estuvo casada hasta el verano del 2005 con Emanuele Bonomini, padre de su hija. La separación legal fue bastante problemática. Como siempre, los temas económicos no se resolvían a gusto de los ex cónyuges. Bonomini pertenece a una familia italiana de dinero y prestigio. Los ex suegros son excelentes anfitriones, tienen un impresionante coto de caza en Estepona, avión privado y un helipuerto que traslada a los invitados desde la finca hasta el aeropuerto de Málaga cada vez que quieren ir de compras.Y el hijo no se quedaba atrás. Era entendible que ante la ruptura matrimonial Blanca no quisiera ceder.

Cuando ya se hizo publica la historia “la prima” se traslado al domicilio de Francisco en Somosaguas (Pozuelo), una urbanización en la que por juego del destino también vivía Gonzalo Miró (novio de Eugenia) y Cayetano Martínez de Irujo antes de separarse de Genoveva Casanova. Por el momento no hay reconciliación y por lo tanto Blanca no volverá en septiembre a lo que hasta ahora era el domicilio familiar. Lo peor es que se tiene que buscar piso. Las penas nunca vienen solas.

Poco le ha durado la relación estable con la prima de su ex mujer. Tan ‘sólo’ dos años y medio. Dados los tiempos que corren y la personalidad de nuestro protagonista, pudiera ser que para el primogénito Rivera el tiempo sentimental se cuantifique de otra forma y los ochocientos días de amor con Blanca Martínez de Irujo sean comparativamente igual que las bodas de oro para otros.