El ‘duque’, la duquesa y la boda que les parió

“Letizia: nariz sí, barbilla no”. ¿Han salido ya a las calles las más firmes defensoras de la Princesa, collar de perlas al cuello, para manifestarse frente a las sedes de las revistas del corazón? Esperanza Aguirre puede respirar tranquila: la frase no es el slogan de ninguna protesta, sino el primitivo titular con el que Semana se presenta esta idem ante sus lectores. Estaría bien ver a las letizistas agitando sus complementos mientras corean al megáfono otras bellas frases tipo “Se oye, se siente, Letizia está presente”  y demás. Hacer el cálculo del número de manifestantes sería más complicado, claro, pero de eso ya se encargaría la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Todo este desvarío viene a cuento porque las revistas recurren una vez más esta semana a la información de carácter médico y estético sobre la princesa para ocupar páginas, aunque menos que hace siete días. Letizia “ya está recuperada”, como dice Lecturas. Y servidor añade que eso es una auténtica suerte, porque como explica Semana “ahora llega la rigidez de la agenda y el estrés de los horarios, levantar a las niñas y demás actividades”, y ante eso hay que estar preparada porque las defensas son lo que importa. Lo dice la doctrina publicitaria, toca que la Princesa le dé a los lactobacillus.  

 

Se acaba el verano, pero no la información sobre los Borbones: eso nunca, antes muertos. Por eso, aparte de los análisis sobre la cuestión del cartílago real, podemos ver en las revistas cómo Iñaki Urdangarín, por muy ex deportista que sea, tiene mucho peor cuerpo que su coleguita de playa Kyril de Bulgaria (Hola) o cómo la reina va de comodona y se pone unas babuchas para la cena de despedida de las vacaciones (Hola), además de enterarnos de que Elena desea suerte a los Paralímpicos (Lecturas) ante su viaje a Pekín.

Sin cejas sí hay paraíso

Por suerte y para tranquilidad de la heredera consorte la fiebre por el apéndice olfativo de Letizia parece remitir y las portadas se ocupan también de otros temas. Diez Minutos dedica la suya a Miguel Ángel Silvestre, que vuelve a la televisión una temporada más con el glamour intacto aunque con algunos pelos menos en las cejas (si cabe). En general las aventuras del ‘duque’ y el resto de protagonistas de Sin tetas no hay paraíso son carne de colorín esta semana, al igual que las de otras estrellas de la tele.

Entre todas destaca la pareja formada por el presentador Cristian Gálvez y la gimnasta Almudena Cid. Los dos aparecen en un reportaje que de tan cercano parece casi hecho por ellos mismos en plan “cari, pon el temporizador y ven corriendo”. Él entrevista a su novia y a servidor casi se le deshace la coraza mientras leía la pieza: todo lo que no tienen de glamourosos lo tienen de sinceros, y eso es de lo mejorcito que se puede decir de una estrella.

¡No se vayan todavía, aún hay más! Todavíano hemos hablado de las bodas, y en la lista de la semana hay tres: antes que nada, la de Cristina Hidalgo, de la que ha dado sobrada cuenta Vanitatis.com, y también la de la actriz Lucía Jiménez, que se ha casado por el rito católico en Segovia. Pero si hablamos de bodas, sólo hay una que por importancia podría escribirse completamente en mayúsculas, y eso que ni siquiera ha ocurrido. La auténtica duquesa no se casará ni con el ‘duque’ de la tele ni con su ‘virrey del funcionariado’, Alfonso Díez. María del Rosario Cayetana y-todo-lo-que-viene-después Fitz-James Stuart y de Silva desvela en Hola cómo se enamoró y, aunque no da más pistas, parece dejar caer en todo momento uno de esos continuará que mantienen a la gente pegada al asiento. 

Por cierto, es imposible terminar sin compartir una confesión: ¿Sabían ustedes que “con motivo del inicio del verano (sic) un grupo de señoras de la sociedad catalana se reunió en el hotel Juan Carlos I para celebrar un almuerzo y programar los próximos actos sociales y benéficos”? Servidor, de natural despistado, no se fijó en su agenda y se le pasó la fecha hasta que leyó esta semana la siempre recomendable sección Sociedad de Hola, la que viene cerca del final en blanco y negro y que cuenta las bodas y actos realmente interesantes, esos en las que no hay exclusivas de por medio pero que mueven a buena parte de la high society. Hay que conseguir que nos inviten como sea a ese almuerzo en la carpa del garden el próximo verano. A San Louis Vuitton nos encomendamos.