La amiga de Francisco Rivera

No hay dos sin tres y la ruptura sentimental del torero Francisco Rivera y la prima de su ex mujer Blanca Martínez de Irujo tiene muchas más entretelas que los fáciles argumentos que Rivera canta a los cuatro vientos como la dificultad de ser la mujer de un torero y otras cosas parecidas. Cuando Blanca Martínez de Irujo se lió la manta a la cabeza y abandonó a su marido para irse con el diestro sabía mejor que nadie cómo era el hombre por el que ponía fin a su estabilidad familiar. Tenía todos los secretos de primera mano puesto que fue confidente y amiga, además de prima, de su ex mujer, Eugenia, y de ahí que el factor sorpresa nunca hubiera sido un problema. Blanca escuchó las quejas de su prima, limpió sus lágrimas, se convirtió en su consejera y hasta cuentan que le animó a que no retomara ese matrimonio que tanto daño le había hecho. El final de esta historia ya se conoce.

 

Pero han pasado dos años y ahora Blanca prueba su propia medicina puesto que en el ambiente taurino hablan y no callan sobre la estrecha relación que hay entre Rivera y su jefa de prensa de La Malagueta, Lucía Núñez, una joven atractiva de 32 años que a los 20 se casó para separarse apenas seis años después. Desde febrero de 2007 Lucía se encarga de la relación con los medios de comunicación de la plaza de toros que dirige Francisco Rivera.

El diestro conoce a los Núñez puesto que ha entrenado en muchas ocasiones en sus fincas dado que Lucía viene de la familia de ganaderos La Palmosilla y de ahí la buenísima relación y la más que estrecha colaboración. Por supuesto, Rivera Ordóñez ya dijo que en su separación de Blanca no había terceras personas y ahora no va a afirmar lo contrario. Pero claro, también dijo que no estaba con Blanca para meses después dejarse retratar mientras galopaban a caballo juntos por la finca en una exclusiva y asegurar que el amor vino después. Cuestión de fechas. Como lo de ahora.

Lloverán desmentidos pero los taurinos hablan y siguen y hasta comentan las veces que les han visto por el restaurante “Los viquingos”, cómo Lucía se encarga de más asuntos de la vida personal del torero y cómo Blanca ha visto una nueva versión de lo que pasó con Eugenia. Con Lucía tenía muy buena amistad y cuentan que hasta un parentesco familiar lejano. Además, sólo una historia así justificaría la reacción de Blanca de salir de la casa (se ha llevado casi toda la decoración) puesto que por una canita al aire no monta esa salida.