La salud de Blanca preocupa a la baronesa

El martes por la noche de la semana pasada Blanca Cuesta comenzó a encontrarse mal. Primero, sintió un malestar general acompañado de fiebre que fue en aumento. Después, le siguió una opresión en el pecho que le impedía respirar normalmente. Eso le provocó un estado de ansiedad general.

 

El cuadro clínico se fue agudizando y el marido, Borja Thyssen, decidió el traslado al hospital de Ibiza. Allí, y tras realizar las consabidas pruebas, le diagnosticaron una inflamación del pericardio de origen vírico. Por lo tanto, recomendaron que tuviera el menor trato posible con el bebé Sacha hasta que los análisis de sangre delimitaran el campo de acción del virus.

Mientras le realizaban las pruebas, Borja llamó a su madre para ponerle al corriente de la situación. La baronesa rápidamente tomó cartas en el asunto y puso a disposición de un médico amigo su avión privado. El diagnostico fue idéntico. De Ibiza viiajaron hasta Barcelona donde tuvo un ingreso ambulatorio en la Clínica Teknon, la misma donde nació su hijo. En el centro hospitalario le volvieron a realizar un exhaustivo examen que confirmó que el mal que aquejaba a Blanca era esa inflamación vírica. Se trata del mismo resultado señalado por los anteriores especialistas y que requirió los primero días reposo absoluto por parte del paciente.

Desde el primer momento en que supo de la enfermedad, la baronesa Thyssen ha estado pendiente de su nuera y de su hijo brindándoles todo el apoyo emocional y afectivo que requiere esta situación. Es público y notorio que Carmen Cervera discrepa de la forma de ver la vida con Blanca, pero ahora esas diferencias han quedado aparcadas y seguramente olvidadas. La señora Thyssen se recupera poco a poco y ayer hizo su primera salida.