¿Y dónde se ha escondido Paulina Rubio? En Cibeles, no

A la diseñadora Carmen March, pese a su desfile de sobremesa, no le han abandonado sus incondicionales. Y eran personas de renombre. Nuria Roca estuvo allí, sonriente, amable, haciendo gala del tan manido ‘talante’. Acudieron también el actor Jordi Moyá y una sobria Marta Torné que está saboreando las mieles del éxito con su personaje de la serie ‘El Internado’. Tras ellos un incansable representante que les prepara para una foto tras otra. Sin embargo, la estrella de Cibeles fue Paula Vázquez, la más fotografiada.

También hay vida tras los focos. Hombres y mujeres que hacen que Cibeles parezca, desde fuera, todo magia, lujo y glamour. Uno de ellos es Antonio Rubial, la mano derecha de Katrina Bayonas, quizá la mayor cazatalentos en el panorama cinematográfico de nuestro país. Representa a lo más granado de nuestro cine y permanece a su lado con discreción y elegancia, tanto que es uno de los pocos elegidos por la firma Loewe.

Tampoco él podía faltar en Cibeles. Y aquí,  aunque todo está calculado, decidido y patrocinado, también existen los tropiezos, las manchas, algún que otro error subsanable y hasta las prisas por entrar en el aseo. Si no que le pregunten a una apurada Paloma Lago, delgadísima, estupenda pero con necesidades humanas al fin y al cabo. Esa Cibeles en la que los trabajadores comentan que este año las modelos tienen un poquito más de peso que el pasado. Esa pasarela todo se vuelve más transparente y se humaniza cuando termina el desfile.

Como le sucede al distante Nicolás Vallejo Nájera que acudió al desfile de José Miró sin su amantísima esposa; Paulina Rubio. Contó Colate a Vanitatis.com que la cantante mexicana está en América y que él acudiría el viernes a su encuentro. Aunque el empresario reconoce que no es un gran entendido en moda, cuenta que sí se fijó de entre las creaciones de su amigo mallorquín, en un vestido azul del que dice con cierta nostalgia que a su mujer “también le habría encantado”. Flanqueándole, los hermanos Cristina y Javier Hidalgo.

Volando voy…

Dice el dicho que nunca es tarde si la dicha es buena. Y eso debe pensar Rossi de Palma, ya que tuvo que acceder a la sala Cibeles donde había comenzado minutos antes el desfile de Miró a oscuras y a toda carrera. Aunque ni por esas se desembarazó de unas gafas tamaño XXL que ofrecen, cuanto menos, una duda razonable sobre la calidad del visionado del desfile. Aún así, siguiendo las directrices que imprime un carácter fuerte como el suyo, accedió a su lugar en la tribuna de invitados en el desfile, acompañada por su hija Luna, que iba vestida a juego con su madre, tocado incluido.

Concluido el desfile, dado que circulaba el comentario de que en el kissing room los niños tenían vetada la entrada, ni corta ni perezosa, se fue a la barra exterior, no sin antes afirmar en referencia al local de encuentro entre invitados y diseñadores, que el hecho de que los niños “entren no significa que vayan a beber alcohol” finalizando con un consabido “hombre, por favor”. El que sí entró a tiempo tanto en el desfile como en la ‘sala de los besos’ fue el actor de Hospital Central Iván Sánchez.

Más tarde comenzaba el desfile de Lydia Delgado, al que acudía su compañera de reparto Rocío Muñoz. Se repartirían para cubrir las emergencias. Por si alguien necesitaba un médico en la sala. Pura precaución. También se dejaron ver Paula Vázquez, Jaime Ostos y su mujer y Jorge Fernández.

Repiten el trío de actrices de ‘Cuestión de Sexo’ y Rossi de Palma. Todas han acudido al desfile de la barcelonesa, que en su nueva colección apuesta por faldas y shorts de cortos imposibles, en negros grises y blancos así como por vestidos de tonos rosados y anaranjados. Asistieron también las actrices Laura Pamplona y una joven Ana de Armas, así como la periodista y escritora Marta Robles enfundada en un vestido negro de botones con un largo por debajo de la rodilla. Junto a ella muchas de las incondicionales del la diseñadora, algunas de esas mujeres con estilo que no necesitan caminar sobre una pasarela para ser elegantes, de esas que no aparecen cuando se encienden los focos y el resto del mundo que rodea al glamour y la moda se apaga lentamente.

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