Simoneta: “Me veo poco con el Príncipe y las Infantas”

Simoneta Gómez-Acebo trabaja desde los 20 años en Cartier. Desde ese momento se convirtió en imagen de la firma y compagina las presentaciones sociales como la Bienal de Anticuarios de París con el cargo de Directora de Recursos Humanos. “El mes que viene me convertiré en cuarenteañera, como el Príncipe e Iñaki (Urdangarin)”, dice y, por ahora, no tiene previsto organizar una megafiesta. Prefiere un viaje con su marido y sus hijos. Se le dan bien los idiomas, admira a su madre y asegura que no tiene la vida resuelta por ser sobrina del Rey. Ahora, además es feliz porque “por fin se reconoce el trabajo profesional de José Miguel ( su marido)”

 

La joyería evoluciona en el aspecto del diseño, pero sobre todo en la parte más humana, la relativa a la forma de conseguir las piedras.

Causó mucho revuelo la película Diamantes de sangre, pero te diré que en el mundo de hoy menos del 4% de los diamantes que se venden son de guerra. Y desde el 2004 todas las grandes firmas llegaron a un acuerdo de responsabilidad (Corporate& Responsability) de no comprar un solo diamante que no se sepa de dónde viene. Se controla desde la propia mina. Sale con la roca, en cajas selladas y no se abre hasta que llegan a Amberes para ser talladas y vendidas.

¿Cuál es la primera joya que recuerdas haber visto en tu casa?

Quizás por ser la única niña mi madre me dejaba de vez en cuando el joyero y me ponía los anillos, los pendientes, collares… Como no tuve agujeros en las orejas hasta los doce años, no me los podía colgar y me daba mucha rabia. A mi padre le gustaban las joyas y le regalaba a mi madre piezas muy bonitas. Tenía un gusto espléndido y aunque no eran alhajas muy importantes para mí siguen siendo mis preferidas porque tienen detrás una historia.

¿Tu primera joya?

 

La recuerdo perfectamente: una cadena de reloj en oro rosa que me compró mi padre en un anticuario de Londres. La utilizaba de collar. De todas formas, mi favorita sigue siendo mi pulsera de pedida.

¿Tu madre te regala algunas de las suyas?

A veces hace reparto de piezas que no utiliza porque dice que se le ha pasado la edad para lucirla o ha cambiado de gusto y entonces las regala a mí, a sus nueras… Dependiendo de lo que ella crea que le va a ir mejor a una que a otra.

¿Pesa en su forma de comportarse ser sobrina del Rey?

 

Mis hermanos y yo no pertenecemos a la familia real, mi madre sí. Nosotros somos familia del Rey y por lo tanto no tenemos deberes institucionales. Nuestra vida es más cómoda, pero sí tenemos la obligación de mantener un comportamiento digno y honesto.

¿Sois una familia muy unida?

Sí, nos gusta hacer planes juntos. Nos divertimos mucho.

¿Y con el Príncipe y las Infantas?

Nos vemos menos porque sus vidas son más complicadas. De todas formas, yo tengo otros muchos primos por parte de mi padre como los Gómez-Acebo, que nos llevamos fenomenal y estamos muy unidos. Como son los conocidos parece que sólo tengo primos Borbón.

¿Resuelve la vida apellidarse Borbón?

La verdad es que no. He nacido donde he nacido y por lo tanto es una situación normal en mi vida. Como naces con él sabes lo que lleva aparejado ser un Borbón. Otra cosa habría sido si te llega de golpe. Por ejemplo, con treinta años. Entonces a lo mejor (o a lo peor) me afectaría de otra manera.

¿Y en el tema de la seguridad?

 

Hace unos días un tipo trastornado tiró un coctel molotov en la casa de la Infanta Cristina en Barcelona. Era un perturbado y creo que le puede pasar a cualquiera como ocurre con la violencia de género o las rencillas entre familias. Perturbados hay en todas partes, y no sólo contra la familia real, pero no quita para que me llevara un susto cuando me enteré.

Durante años tuviste una relación muy complicada con la prensa. Recuerdo que cuando llegabas a una fiesta cómo tu marido te apaciguaba y te decía “sonríe, Simo, sonríe”.

Sí, es verdad. Yo soy mucho más vergonzosa que él y lo paso mal cuando tengo que posar. Siempre ha tenido más aguante, pero no olvides que yo he sufrido mucho más acoso que José Miguel. De todas formas, me gustaría aclarar que aunque soy menos simpática que mi marido a mí no me importa que me fotografíen si acudo a un evento. Ya no me agobio. Lo que si me alteraba (y aún me altera) era que me persiguieran por la calle porque me horroriza llamar la atención en lugares públicos.

 

Desde hace unos años a tu marido José Miguel se le reconoce públicamente como una gran compositor.

 

Siempre lo hemos comentado José y yo que para él casarse conmigo fue un paso atrás en su carrera. A él no le contrataban. Había gente que decía: “Éste es músico porque está casado con esta”. Sin saber que antes ya lo era y además muy bueno. Mi marido es un magnifico compositor. No sabes cómo me alegra que ahora se le reconozca públicamente .