La falsa amante de Tony Parker y Thierry Henry, entre rejas

Cuando Eva Longoria leyó en los periódicos que su marido le era infiel, se llevó un sofoco terrible. No podía creer que Tony Parker hubiera echado una canita al aire días antes de su boda. El jugador de baloncesto se apresuró a desmentir los rumores difundido por la modelo francesa Alexandra Paressant, que mientras hacía su agosto contando sus penas. Ahora, meses después, la joven, de 29 años, ha sido metida entre rejas devorada por su propio éxito.

Paressant se presentó ante la prensa europea y norteamericana como una caza hombres. Dijo haber tenido una aventura amorosa con grandes deportistas como Tony Parker, Thierry Henry y Ronaldinho. Vendió numerosas exclusivas en todo el mundo contando escabrosos detalles. El pasado jueves, una fuente judicial anunció que la modelo había sido detenida en casa de su madre, en la localidad de Creusot, pero no aclararon por cuál de todos los cargos que pesan sobre ella.

La supuesta amante de Parker tiene que rendir cuentas a la justicia. El pasado mes de diciembre, el mismo Parker se querelló contra Paressant y una agencia de fotografía por difamación. Les reclama cuarenta millones de dólares por daños y perjuicios. Además, la modelo ha sido denunciada en varias ocasiones por estafa y robo. De hecho, la policía la estaba vigilando.

Todo empezó cuando Paressant aseguró que conoció al deportista antes de su boda con Eva Longoria. Fue entonces cuando se intercambiaron los teléfonos. Poco después, se reencontraron en París, donde intimaron más de la cuenta. La modelo no sólo habló de las artes amatorias del deportista, sino que aportó como prueba unos supuestos mensajes de texto del deportista. “Buscaba algo más fuera del matrimonio porque hay cosas que Eva no quiere hacer”, dijo entonces esta escultural mujer.

Con Ronaldinho la historia fue similar. Según contó, se conocieron después de la derrota de la selección de Brasil en el Mundial. Entonces acusó al futbolista de salir de juerga todas las noches que duró la competición. Y claro, ella estaba siempre para consolarle.