El pacto de la baronesa Thyssen y su hijo Borja
Durante un tiempo, madre e hijo compartieron tardes de museo y hasta inauguraciones estelares. La baronesa estaba encantada pensando que ya tenía sucesor al legado cultural
Durante un tiempo, madre e hijo compartieron tardes de museo y hasta inauguraciones estelares. La baronesa estaba encantada pensando que ya tenía sucesor al legado cultural que arrastra el apellido Thyssen. Parte de esta ‘dote’ era la herencia del barón y otra porción, cada vez más grande, propiedad de la baronesa. En los próximos dos años, Carmen tiene previsto abrir un museo en Málaga y otro en Sant Feliú, en este caso con más de trescientos cuadros.
Todo este patrimonio será algún día de Borja y de las mellicitas, y de ahí que es su día Carmen llegara a una especie de pacto con su primogénito. Algo así como un pago en especies: “Te vienes conmigo a todos los actos y te enteras de cómo funciona la fundación y a cambio tienes todo mi apoyo económico”. Este acuerdo entre madre e hijo, por el momento, no se ha cumplido.
Borja va a lo suyo y vive con Blanca Cuesta su dolce far niente. En cambio, la baronesa ha consumado parte del trato. Ha comprado para ellos una casa (torres las llaman en Cataluña) en Pedralbes, uno de los mejores barrios de Barcelona. En esa zona tienen su domicilio los duques de Palma. El barrio es tranquilo y perfecto para los B&B y el niño Sacha, que cada vez y según el entorno de Tita se parece más a la madre. Seguramente les habría gustado que la vivienda estuviera a su nombre, pero para eso habría que haber acatado parte del trato.
Como Blanca ya se encuentra perfectamente, el cambio de domicilio podrían hacerlo en breve. Este mismo fin de semana, sin ir más lejos. Por otra parte, el matrimonio celebró su aniversario de boda con un posado gráfico muy cuidado y que veremos muy pronto. Como guinda, los B&B ya tienen de nuevo liquidez. La casa de Ibiza (Ver noticia) ya se ha vendido al megamillonario caprichoso.
