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La Infanta Elena, entre caballos y novios
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La Infanta Elena, entre caballos y novios

La Infanta Elena está totalmente volcada en el mundo del caballo. Y es que es conocida de sobra la afición de la primogénita real por la

Foto: La Infanta Elena, entre caballos y novios
La Infanta Elena, entre caballos y novios

La Infanta Elena está totalmente volcada en el mundo del caballo. Y es que es conocida de sobra la afición de la primogénita real por la hípica. Cuando tiene un minuto, coge sus botas y se planta en el hipódromo madrileño para cabalgar o saltar un rato. Pero además, ahora lo incluye en su vida pública y privada por dos motivos. Por un lado, la Infanta va a inaugurar el Salón Internacional del Caballo de Pura Raza (SICAB). Y, por otro, cada día que pasa crecen los rumores de que mantiene un idilio con un alguien relacionado con la hípica.

La primogénita de don Juan Carlos y doña Sofía tomará mañana el AVE rumbo a Sevilla. Allí la esperan a las ocho de la tarde para la inauguración del SICAB, del que la Infanta Elena es presidenta de honor desde 1991. Pero no sólo presedirá el acto, sino que podrá presenciar desde el palco el espectáculo de caballos españoles denominado ‘Caballos Egregios’, que contará con expertos de otros países como Italia, Francia o México, invitado especial.

Mientras la Infanta sigue centrada en sus actividades profesionales y en sus dos hijos, vuelven los rumores de un posible novio. Según desveló Jaime Peñafiel, se trata de un amigo especial procedente del mundo de la hípica, círculo al que ha regresado desde su separación. Un novio en un momento tan delicado, cuando se está negociando un divorcio, no beneficia a la imagen pública de doña Elena. Sin embargo, la Infanta, desde el primer día que abandonó el domicilio conyugal, ha sido consciente de que le iban a llover los novios. Varias revistas ya han errado al confundir saludos amistosos con relaciones serias. Por si acaso, ella extrema la discreción mientras todos se preguntan quién es él.

A estas alturas, lo más importante es transformar el “cese temporal de su convivencia” en un “hasta nunca”. Y que, aunque los trámites todavía no han comenzado oficialmente, los abogados de ambas partes llevan tiempo negociando para alcanzar un acuerdo que favorezca a las dos partes y que no ocupe grandes titulares. Y la Casa Real, como cualquier estamento de estas características, no desea que el asunto se les vaya de las manos y perjudique a la institución. Ahora sólo falta por ver los términos legales de la ruptura. La duda que surge a muchos es si se conformará doña Elena con el divorcio o solicitará directamente la nulidad matrimonial para borrar a Marichalar de su pasado.

Desde hace meses poco se sabe del duque de Lugo. Parece como si se lo hubiera tragado la tierra. En septiembre asistió a los desfiles de moda de París, una de sus citas preferidas. Pero desde entonces, apenas una foto suya comprando en la madrileña Milla de Oro. Además, estaba invitado en la fiesta de inauguración de la joyería Tiffany a finales de octubre y dio plantón a los anfitriones. Ahora, en un segundo plano, acaba de rescindir su relación con la Fundación AXA Winterthur, uno de los trabajos que más ilusión le hacía. El cambio de propietarios de la firma ha provocado que no sea renovado en el Consejo de Administración. Sin embargo, seguro que encuentra otro trabajo.

La Infanta Elena está totalmente volcada en el mundo del caballo. Y es que es conocida de sobra la afición de la primogénita real por la hípica. Cuando tiene un minuto, coge sus botas y se planta en el hipódromo madrileño para cabalgar o saltar un rato. Pero además, ahora lo incluye en su vida pública y privada por dos motivos. Por un lado, la Infanta va a inaugurar el Salón Internacional del Caballo de Pura Raza (SICAB). Y, por otro, cada día que pasa crecen los rumores de que mantiene un idilio con un alguien relacionado con la hípica.