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La noche más hermosa de Briatore y Agag
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La noche más hermosa de Briatore y Agag

El título pertenece a una película de Gutiérrez Aragón, pero podría servir perfectamente para ilustrar lo que sucedió la noche de los Premios GQ. Y no

Foto: La noche más hermosa de Briatore y Agag
La noche más hermosa de Briatore y Agag

El título pertenece a una película de Gutiérrez Aragón, pero podría servir perfectamente para ilustrar lo que sucedió la noche de los Premios GQ. Y no sólo para el yerno de Ana Botella y el jefe de Fernando Alonso, sino para el resto de invitados, sobre todo para los premiados. Como Javier Angulo, director de la publicación, no es supersticioso los elegidos de su noche más hermosa eran trece. Así como lo oyen. Y no hubo sortilegios ni evocaciones al más allá para alejar los malos augurios. Todo lo contrario. Unas azafatas encantadoras al mando de su jefe Luis Pérez Lanzas recibían a los invitados con un daiquiri de fresa y petazetas. (Ver álbum).

 

La velada fue de esas que se podrían catalogar como XXL, y encima con personajes poco vistos como Carla Pereira, la novia de Joaquín Cortés, que por cierto no cobró un duro con la entrevista de ¡Hola!. Es lo bueno de Ana Marchessi, encargada de la comunicación del grupo Condé Nast, que su agenda funciona precisamente para sorprender. No es habitual que en un mismo espacio físico, como fue la cena de gala en el Hotel Palace donde a Paloma García nunca se le escapa nada, coincidiera gente poco dada a pasear el palmito social. Aunque fueran premiados como Raúl del Pozo, Eduardo Punset, Quim Gutiérrez, Gabino Diego, Pitingo, ‘El Kun’ Agüero o el mismísimo Alejandro Agag. Esa noche se dejó acompañar por su claque particular en forma de familia directa. Mamá Soledad, una señora estupenda y divertida; el hermano Alfonso y otros parientes que junto a Briatore arroparon al premiado. Precisamente el billonaire acudió en calidad de amigo de… (Agag) y de marido de… (Elisabetta Gregoracci).

Al marido de Ana Aznar le entregó su galardón Briatores y su señora le aplaudió a rabiar. El dueño de Renault no se vistió de smoking. Lució un traje negro, con camisa desabrochada en plan pecho lobo que dejaba ver una cadena parecida a la que lleva doña Sofía con los ojos de la suerte egipcios como motivo de adorno. En los pies, las zapatillas de terciopelo que le confecciona el zapatero español José Canovas. Seguramente, si Flavio no fuera el Flavio de barcos, yates y millones estaríamos hablando de un invitado en pantuflas, pero hasta en esto hay sutilezas. Los zapatitos/zapatillas cuestan un congo y sólo sirven para aquellos que van del coche al restaurante y del restaurante al casoplón y de ahí al barco.

Briatore no es de patearse la calle. Él prefiere otro tipo de deportes. Es un hombre afable, divertido y muy educado. Estuvo toda la noche pendiente de su Elisabetta y de Ana Aznar. A pesar de la diferencia de edad, los dos matrimonios se llevan de cine. No hay que olvidar que el magnate compartió su luna de miel con Agag y pareja. Y hay veranos en los que Aznar y Ana Botella también forma parte de la panda de navegantes que surcan los mares. No del Caribe, sino del Mediterráneo. Y si Briatore se encontraba en su salsa, Ana Aznar lo mismo. Con la maternidad y los años (o al revés) ha dejado aparcada su timidez. Apareció con un vestido negro muy bonito y un collar de brillantes en forma de tela de araña que, si no me equivoco, era un préstamo de mamá. Desde luego su marido no se lo había regalado. Aunque al destacar el gesto, seguro que hoy o mañana la dulce Ana tiene su regalito.

La pareja vive feliz en Londres. Ana ha vuelto a estudiar y realiza un master relacionado con su carrera de psicología. Además de tener ayuda con los niños, los cuñados viven muy cerca y se echan una mano. Una de las hermanas de Alejandro trabaja como arquitecto en el estudio de Norma Foster

Y si Briatore y Elisabetta fueron la guinda, también hubo pastel con la ministra Carme Chacón, que por fin ha dado naturalidad a las fuerzas armadas; Enrique Cerezo y sus chicos El Kun Agüero (premiado) y Maxi; Natalia Figueroa; Carmen Calvo; el embajador de Francia; Nano Peña; Jesús Andreu; María León y Laura Ponte. ¡Qué suerte la de estas chicas, aunque se pongan  un saco les queda bien! De todas formas, esa noche destacaron los modelitos más sugerentes e innovadores de Jorge Blanco. Fiona Ferrer, Kalia y la novia de Cortés pasaron de los de siempre y se atrevieron con la novedad. No estaría de más que las elegantes oficiales cambiaran de costurero. Por cierto, Marichalar también estaba invitado, y como es habitual en los últimos meses, no fue. Él se lo perdió.

El título pertenece a una película de Gutiérrez Aragón, pero podría servir perfectamente para ilustrar lo que sucedió la noche de los Premios GQ. Y no sólo para el yerno de Ana Botella y el jefe de Fernando Alonso, sino para el resto de invitados, sobre todo para los premiados. Como Javier Angulo, director de la publicación, no es supersticioso los elegidos de su noche más hermosa eran trece. Así como lo oyen. Y no hubo sortilegios ni evocaciones al más allá para alejar los malos augurios. Todo lo contrario. Unas azafatas encantadoras al mando de su jefe Luis Pérez Lanzas recibían a los invitados con un daiquiri de fresa y petazetas. (Ver álbum).