El regreso del duque de Lugo

Durante los últimos meses, el duque de Lugo, que lo sigue siendo hasta que no haya nuevo movimiento de ficha, había permanecido ‘missing’. Un término utilizado por él mismo para explicar su retiro voluntario a los conocidos que habían acudido como él al premio internacional de poesía de la Fundación Loewe. No hay que olvidar que no asistió a las ultimas convocatorias sociales de alto nivel (Tiffany, GQ, Suárez…) organizadas en Madrid. Tampoco se le había visto paseando por su barrio, ni visitando sus tiendas preferidas. El duque se había esfumado de la faz de la Milla de Oro.

 

Hay quien le ubicaba en Soria o en París, donde aseguran se siente cada vez más cómodo. Nadie le reconoce -salvo el turisteo español- y, por lo tanto, tampoco le molestan. Por parte de los paparazzis, no hay ahora un seguimiento continuo y puede viajar con más facilidad. De hecho, la ultima presencia visual que hay de él es formando parte de la primera fila en los desfiles de Alta Costura parisinos. Hasta ayer que apareció, de nuevo, en carne mortal.

Primero acudió al Consejo de Administración de Axa en calidad de consejero. Por cierto, y en contra de lo que se rumoreaba de las malas relaciones de la empresa con el duque desde el propio gabinete de comunicación, Josep Alfonso explicaba a Vanitatis.com que “la normalidad es absoluta. A las once de la mañana estaba convocado el consejo y don Jaime acudió en su calidad de consejero y con sus aportaciones profesionales. Todo se desarrolló en un ambiente distendido y de trabajo. Como siempre”, concluye. Después de la reunión, acudió al almuerzo organizado a la perfección por Carmen Valiño en el Hotel Palace con motivo de la entrega de premios de poesía que este año recayeron en Cristina Peri Rossi y Javier Vela.

A diferencia de ocasiones anteriores, el duque se encontraba relajado y tranquilo. Durante la conversación me explicó que va a seguir trabajando para que Loewe continúe siendo una de las primeras marcas de lujo de España. Respecto a las fundaciones, explicó que “estamos en un momento complicado para los mecenazgos”. De ahí el esfuerzo por parte de Loewe para seguir manteniendo los premios que esta edición hacía el numero veintiuno.

Por lo demás, Marichalar se encuentra en un estado anímico aparentemente mejor que en épocas pasadas. Ha dejado la parte más dura de la rehabilitación y ahora lo que hace es andar por el campo o cuando acude al club Puerta de Hierro con sus hijos.

Además del duque y los premiados, acudieron al encuentro Enrique Loewe, Antonio Gala, Carlos Bousoño, Víctor García de la Concha, Francisco Brines, Luis Antonio de Villena, Vicente Valero, Eduardo Mendicutti, Carmen Alborch, Carmen Maura, Pilar del Castillo, Mairen Beneyto, Jesús del Pozo, Javier Sádaba, Pepe y Paloma Oneto, Jorge Berlanga, Ana Botella… A pesar de ser un encuentro literario, el tema de conversación fue Felipe González y su novia.