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Carmen Cervera: “Quiero un papel oficial sobre la paternidad de Borja”
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Carmen Cervera: “Quiero un papel oficial sobre la paternidad de Borja”

A pesar de las buenas palabras públicas, las relaciones de la baronesa Thyssen con Blanca Cuesta han sido inexistentes. Carmen Cervera no la puede soportar y

Foto: Carmen Cervera: “Quiero un papel oficial sobre la paternidad de Borja”
Carmen Cervera: “Quiero un papel oficial sobre la paternidad de Borja”

A pesar de las buenas palabras públicas, las relaciones de la baronesa Thyssen con Blanca Cuesta han sido inexistentes. Carmen Cervera no la puede soportar y la nuera, tres cuartos de lo mismo. Mantenían las apariencias. Borja, el hijo querido estaba en medio y no era cuestión de hacerle sufrir más de lo necesario. Pero el tiempo en vez de suavizar las relaciones, que sería lo natural, lo ha recrudecido. Tita Cervera no se cortaba a la hora de descalificar a Blanca y a su familia. A todos ellos los acusaba de aprovecharse de la fortuna familiar del hijo. De dilapidarla alegremente y de oscuros manejos para enriquecerse. Tampoco se quedaba atrás cuando echaba la culpa a la nuera del nulo interés de Borja hacia todo aquello que tuviera que ver con el rendimiento intelectual.

 

Cuando Blanca tuvo la pericarditis, no hubo llamada telefónica directa. Carmen se limitó a hablar con su hijo y punto. Resumiendo, que ni se entienden ni se pueden ver. Por su parte, Blanca tampoco se cortaba y recordaba con el entorno de Ibiza y Barcelona el pasado de la suegra. En líneas generales, no difería demasiado del suyo, pero ya saben aquello de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. El martes por la noche, en Barcelona y en el transcurso de una fiesta, la nuera se explayaba y la acusaba de querer destrozar su matrimonio.

 

Mientras no hubo nieto, la guerra de cuchillos afilados era de ida y vuelta. El problema fue cuando nació Sacha. Durante todo este tiempo las dudas sobre la paternidad de Borja han sido el pan de cada día. Y Tita no ha puesto nada de su parte para disimular el poco o nulo interés que siente por el bebé. Hace poco, y al preguntarle cómo estaba el nieto, me respondió que no tenía ni idea, que ella estaba volcada en sus niñas y no le interesaban los hijos ajenos. Más claro agua.

 

Por supuesto, el tema de la paternidad salió a relucir. Y sus dudas estaban más cercanas a la certeza que al escepticismo. “Quiero que Borja se haga la prueba”, me dijo a las puertas del Museo Thyssen. La presión (que Tita niega) hizo que Borja se sometiera a una analítica en Barcelona. Y como apunta la revista ¡Hola!, no ha sido una vez sino dos e incluso puede haber un tercer análisis. Según me confirman, tienen sus sospechas y por lo tanto continúa en sus trece. Los protagonistas sabían que el rumor estaba en la calle, y por eso seguramente han preferido ser ellos los que confirmaran la historia.

 

Por su parte, la baronesa, instalada desde principios de semana en su casa de Madrid, no da crédito a lo que ha ocurrido y así me lo confirma. “No tenía ni idea de que esta noticia se iba a publicar. Me ha sorprendido y me ha dolido porque creo que estas cosas no son para que las comente todo el mundo. Efectivamente sí que le dije a Borja que me gustaría que se las hiciera. Pero no es cierto que tenga en mi poder ningún informe y mucho menos que haya pedido otra prueba. ¿Qué tonterías están diciendo que he exigido que repitan la prueba otra vez y otra y otra? Sólo he dicho que si es verdad que Borja se lo ha hecho quiero ver un papel oficial de un laboratorio y con la firma de un especialista. Nada más. No quiero que me cuenten historias. Estoy indignada con lo que han hecho y con lo que se está diciendo. ¿En qué cabeza cabe que yo quiera perjudicar a Borja”.

 

Al preguntarle si cree que la han traicionado, Carmen suaviza el tema y dice “me la han vuelto a meter doblada. En fin, no quiero hablar más. El tiempo colocará a cada uno en su sitio, pero me parece tremendo lo que están haciendo. Yo ahora me voy a una subasta porque tengo que sacar la fundación adelante”.

 

Abrir la caja de los truenos es una práctica habitual que hasta ahora les ha dado resultado a la pareja. En su día, y al realizar Carmen Cervera las declaraciones exclusivas a Vanitatis antes de la boda explicando que “no quiero saber nada de Blanca ni de su familia” la armó. Ahora, en cambio, ha sido el matrimonio Thyssen/Cuesta con la prueba (o las pruebas) de paternidad los que han montado el lío. Lo llamativo y sorprendente no es la reacción de mamá baronesa, sino las razones que han llevado a la pareja a airear este asunto privado. ¿Tendrá algo que ver las últimas reuniones con los abogados de una y otra parte? Borja y Blanca viajan camino a Madrid y Carmen vuelve a San Feliú el viernes 19. ¿Se instalarán en la casa familiar o como han hecho las últimas veces preferirán alojarse en su hotel de siempre donde Blanca no tienen que volverse invisible? El culebrón de la paternidad no ha hecho más que empezar.

 

A pesar de las buenas palabras públicas, las relaciones de la baronesa Thyssen con Blanca Cuesta han sido inexistentes. Carmen Cervera no la puede soportar y la nuera, tres cuartos de lo mismo. Mantenían las apariencias. Borja, el hijo querido estaba en medio y no era cuestión de hacerle sufrir más de lo necesario. Pero el tiempo en vez de suavizar las relaciones, que sería lo natural, lo ha recrudecido. Tita Cervera no se cortaba a la hora de descalificar a Blanca y a su familia. A todos ellos los acusaba de aprovecharse de la fortuna familiar del hijo. De dilapidarla alegremente y de oscuros manejos para enriquecerse. Tampoco se quedaba atrás cuando echaba la culpa a la nuera del nulo interés de Borja hacia todo aquello que tuviera que ver con el rendimiento intelectual.