Todas quieren ir a África

“Yo tenía una granja en África” comentaba Meryl Streep al comienzo de Memorias de África y parece que, dos décadas después de que se estrenara la película, otras mujeres han decidido seguir sus pasos, aunque sólo sea durante una temporada. A parte de la bióloga Jane Godall, en quien se inspiraron para la creación de Gorilas en la niebla, muchos otros han mostrado su amor por África en los últimos tiempos.

Unos lo visitan por ocio, otros para instalarse allí en temporadas estivales y otros por causas humanitarias, muchas veces con cámaras de por medio. En este último apartado se encuadra la visita de Scarlet Johansson a Ruanda que la revista Elle ha reproducido en su último número. La actriz, convertida en los últimos tiempos en musa de Woody Allen, se desplazó al continente africano para conocer los medios desarrollados por la organización RED para la lucha contra el sida en África, con la que ella colabora.

Un sendero, el de la colaboración con los más desfavorecidos en este continente, por el que ya han desfilado en numerosas ocasiones otros personajes como Madonna, que además adoptó a un niño procedente de Malawi, y Angelina Jolie junto a Brad Pitt. La actriz de Tomb Rider acude cuando solicitan su presencia ya que desde 2001colabora con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Su primer viaje humanitario oficial a tierras africanas duró 18 días. Durante ese tiempo recorrió Sierra Leona y Tanzania viendo los resultados de la guerra y cuáles eran las necesidades de los habitantes de aquellos países. Sin duda un trabajo arduo que comparte con George Clooney, que incluso ha llegado a ser nombrado Mensajero de La Paz por la ONU por sus esfuerzos en Chad, el Congo y Darfur.

Menos altruistas son los motivos por los que Elsa Pataky se ha paseado por las páginas de ¡Hola! en una sesión fotográfica en una reserva sudafricana en la que se dedica a repartir achuchones a todas las especies animales allí congregadas y a posar estupenda rodeada por un grupo de niños. Declara en la revista que ese viaje ha cambiado su punto de vista sobre la vida. Tal vez sea porque ha visitado el lugar del que proviene la leona por la que ella ha recibido ese nombre, o por la compañía de Adrien Brody, su pareja, que para que esté en contacto con la naturaleza le ha regalado un castillo.

Paris Hilton, ante este circuito de visitas a África, tampoco quiso perder la oportunidad de fotografiarse con los niños más desfavorecidos para potenciar su imagen solidaria en Ruanda, alejada del su bentley rosa y sus visitas multimillonarias a las firmas de ropa. Todo ello después de una estancia de 45 días en prisión.

Hay otros que eligen la nostalgia como motivo para volver a poner un pie en África. Tal es el caso de la modelo somalí Yasmine Warsane, de Chalize Theron o Chesy Davy, de origen sudafricano. Durante las últimas semanas se ha rumoreado que la novia del príncipe Enrique podría estar planeando volver a su país cuando acabe sus estudios en Inglaterra. Otra que podría haber vuelto sin que nadie se hubiese dado cuenta es la nadadora, también sudafricana, Charlene Wittstock, novia del Príncipe Alberto de Mónaco, que lleva una temporada sin asistir a actos oficiales.

Precisamente una de las cuñadas de Charlene, Carolina de Mónaco, hace ya tiempo que se compró una casa en Kenia, a la que acude en sus vacaciones junto a Ernesto de Hannover, su marido. Allí fue donde tuvo lugar el enfrentamiento entre el alemán y el dueño de un bar que ha llevado al cuñado de Alberto de Mónaco ante los tribunales acusado de propinar una paliza al propietario del establecimiento.

Quienes también han decidido hacerse con una ‘granja’ en África son los príncipes holandeses Guillermo de Orange y Máxima Zorreguieta, que acaban de comprar una casa en Mozambique. Esperemos que les traiga más temporadas de paz que a los royals monegascos.