A José Bono no le dejan hablar

Dice el refrán que donde hay patrón no manda marinero. Así debe suceder también en casa de la familia Bono, que hace meses dieron a conocer a la opinión pública que la familia iba a aumentar dentro de muy poco tiempo. Amelia, la hija de José Bono y Manuel Martos están esperando su primer hijo, que nacerá el próximo mes de abril y al ex ministro le han advertido en casa que no hable demasiado del tema.

José Bono acudió junto a su esposa, Ana Rodríguez a la entrega de los premios AD de arquitectura, otorgados por la publicación Architectural Digest en el Casino de Madrid. Como siempre la agenda de Ana Marchessi funcionó a las mil maravillas y los invitados a la fiesta de Monste Cuesta, directora de AD; fueron de primera fila, empezando por el encargado de presentar el evento, que no fue otro que el venezolano Boris Izaguirre. (Ver imágenes de la fiesta)

A la cita acudieron rostros conocidos como los diseñadores Roberto Torreta y David Delfín, acompañado de su inseparable musa, Bimba Bosé. El cantante Carlos Baute tampoco quiso perdérselo, y se presentó en el Casino junto a su novia Beatriz, ambos encantados con el éxito que está teniendo el último tema del venezolano. Mario Vaquerizo, Bibiana Fernández y Adriana Abascal también estuvieron entre los VIP del evento. La esposa de Villalonga acudió sola, enfundada en un vestido negro, para mostrar su presencia entre las socialités españolas a pesar de vivir en Londres.

José Bono asistió al evento para entregar el galardón al interiorista Tomás Alía, algo que afirmó, le llenaba de gusto e ilusión.  Según contó, aunque el ex ministro de Defensa no tiene mucho tiempo para dedicarse a la decoración, es Alía el que se encarga de ello, tanto en la casa de la familia como en el edificio en el que él nació. Tal y como cuenta Bono, las artes de decorador le vienen de familia, ya que su madre, Pepita Alía, es una experta en los tejidos y diseños de los trajes de lagarterana, típicos de Castilla La Mancha.

No sabemos si Alía también ha sido el encargado de decorar la habitación de su nieto, lo que sí contó fue la ilusión que le hacía pasar a ser abuelo. Comenta que ahora, después de haber criado a cuatro hijos, le tocará ser un poco consentidor con su nieto. El niño, del que Bono afirma que no va a hablar, no va a llevar su nombre. Vanitatis ha podido saber que el escogido por los padres es el de Jorge. Cuenta el ex ministro que ha llegado a un acuerdo con su hija y su yerno. Según este compromiso, pude hablar de sus sentimientos, de los implantes de pelo que tanta cola están trayendo, e incluso del cultivo de bonsáis si le apetece. pero no puede dar detalles sobre el pequeño, algo que es cosa de su hija, porque, bromea, sino luego se enfadan con él.