Mariah Carey, a por la casa más cara

Mariah Carey y su marido, el rapero Nick Cannon, podrían están interesados en comprar la mansión Fleur de Lys, situada en Beverly Hills en Los Ángeles, considerada como la casa más cara del mundo, cuyo precio ronda los 125 millones de dólares.

 

De acuerdo con lo publicado en varios medios especializados de Estados Unidos, la pareja habría hecho una oferta por la casa al portal inmobiliario Coldwell Banker Previews International. Sin embargo, ellos no son los únicos que han puesto los ojos en la propiedad.

 

De momento se sabe que varios magnates y empresarios extranjeros han ido a visitar la casa. Incluso, un empresario chino habría ofrecido 80 millones de dólares por la mansión, aunque a su dueña no le ha hecho excesiva gracia la oferta, de ahí que la haya rechazado.

 

Una señora casa

 

Pero, ¿qué tiene la mansión que la hace tan apetecible? Indudablemente su increíble espacio así como la decoración de la misma. En 1990 el millonario de Texas David Saperstein mandó construir la casa a fin de satisfacer los deseos de su ex mujer, Suzanne Saperstein, quien en la actualidad es la propietaria de Fleur de Lys.

 

La casa tiene unos 20.000 metros cuadrados. En total, Fleur de Lys cuenta con doce habitaciones y quince cuartos de baños decorados con muebles del siglo XVIII. Destaca el empleo de materiales como el cuero blanco, el mármol italiano y sus acabados en dorado. Esto motiva que su interior recuerde a los palacios que poseía la corte de Luis XVI antes de caer con la Revolución Francesa.

 

Igualmente posee un salón de baile, dos cocinas, un spa y un pequeño cine con capacidad para cincuenta personas. Fuera de la casa hay una piscina, una pista de tenis y un impresionante jardín en el que si Mariah Carey y su marido lo desean podrán evadirse durante unas horas del acoso de la prensa.

 

Gusto muy personal

 

De hacerse realidad su sueño, el matrimonio podría pagar medio millón de dólares al mes de hipoteca durante treinta años, como ha relatado la web Zillow. Por ahora tendrán que conformarse con su nidito de amor en Manhattan con cerca de 1.200 metros cuadrados. El piso lo compró hace unos años después de que rechazaran su oferta por el apartamento de Barbara Streisand en el Upper West Side. Una residencia en la que lo más curioso, además de su amplío guardarropa, es su cuarto de baño decorado por completo con motivos de Hello Kitty.