Megan Fox no quiere ser una sex-symbol

A pesar de que los ojos de medio mundo la miran como un nuevo icono sexual, Megan Fox no quiere tener esa imagen. La intérprete de Transformers, que está habitualmente entre los puestos más elevados en los listados de las mujeres más atractivas del mundo, quiere que se valoren sus dotes interpretativas y no su físico.

En una entrevista concedida a la revista Empire la actriz ha afirmado que “uno no puede ser un sex symbol 24 horas al día” e incluso que ella misma “no puedo ser una famosa profesional o un icono sexual profesional” dice, “no pudo hacerme eso a mí misma”. Por eso contaba en esa misma entrevista que lo único que quiere es “trabajar y tomar las decisiones correctas”.

La actriz, que desea continuar con sus estudios para convertirse en una gran actriz, afirma que no le apetece “estar en la portada de todas las revista que existen, trato de no hacerlo” porque, según cuenta, considera que su trabajo es “mostrar a la gente algo diferente”.

Pero a sus 22 años, Fox no puede desligarse de esa imagen que la ha acompañado a la fama tras su aparición en la película junto a Shia Labeouf, máxime ahora que figura como firme candidata a ser la sucesora de Angelina Jolie en el papel de Lara Croft en la secuela de la película Tomb Rider. Tampoco le facilitan mucho el trabajo posados como el que ha protagonizado en la revista DT así como en otras muchas publicaciones.

Sin embargo, ella sigue intentando alejarse de la fama y del concepto de mujer fatal. Dice que no le gustan las fiestas de Hollywood y, según comentaba en DT, la vida en Los Ángeles le resulta un tanto surrealista, quizá porque es el único sitio en el que un hombre le ha dicho que le regala un avión si le da su número de teléfono. A eso se le llama, aunque ella no lo quiera, tener atractivo.