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Eva González y Cayetano Rivera consolidan su amor
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Eva González y Cayetano Rivera consolidan su amor

Cuantos conocen bien a Cayetano Rivera saben lo diferente que es de su hermano Fran, y no sólo a la hora de torear. Hijos de los

Foto: Eva González y Cayetano Rivera consolidan su amor
Eva González y Cayetano Rivera consolidan su amor

Cuantos conocen bien a Cayetano Rivera saben lo diferente que es de su hermano Fran, y no sólo a la hora de torear. Hijos de los mismos padres, los Rivera se adoran, pero son opuestos en casi todo, y ni que decir tiene cuán diferentes resultan en las cuestiones amorosas. Para muestra, un botón

 

Mientras a Francisco le duran los amores el tiempo suficiente como para conquistarlas, a Cayetano le van más las relaciones largas y serias y es que pocas son las novias que se le conocen y muchas las que quisieran serlo. Ahora, con la sevillana Eva González, está cada día mejor.

 

Desde el primer momento asumieron que lo suyo no iba a ser un capricho pasajero y por eso pasan los meses y consolidan un noviazgo que no piensan explotar en los medios, pero por el que tampoco van a esconderse de nada ni de nadie que para algo son libres y naturales. Ocurrió en Roma cuando les “pillaron” besándose en plena calle y ha vuelto a pasar en Sevilla donde les han podido retratar felices y enamorados.

 

Eva ha entrado en la vida de Cayetano de la misma manera que él entra en su casa cada vez que está en Madrid. Además, ahora ya pueden disfrutar de los fines de semana puesto que la ex Miss ha terminado el programa que presentaba en Canal Sur ‘Se llama copla’ y que renovará para la próxima temporada. Por eso, ya acompaña a Cayetano tras las corridas y se van al campo, bien en Cádiz bien en Extremadura, donde entre pase de pecho y verónica con el capote, la pareja encuentra sus momentos para el descanso.

Cuantos conocen bien a Cayetano Rivera saben lo diferente que es de su hermano Fran, y no sólo a la hora de torear. Hijos de los mismos padres, los Rivera se adoran, pero son opuestos en casi todo, y ni que decir tiene cuán diferentes resultan en las cuestiones amorosas. Para muestra, un botón