Luis Alfonso recompone la familia Franco

Luis Alfonso de Borbón se ha convertido en el nexo de unión de una familia donde cada uno va a su bola. Los Martínez-Bordiu Franco no se han caracterizado por ser portadores de la unidad de destino en lo universal. Al menos públicamente, los miembros de la saga tienen poca relación. Carmen (señora de Campos) casi nunca sabe por donde andan “los otros”, es decir, sus hermanos o su madre. A la inversa pasa tres cuartos de lo mismo. La duquesa de Franco, por ejemplo, no tenía ni idea de que su primogénita, en vez de “bailar con lobos” como Kevin Costner en su película, frecuentaba gorilas como se pudo ver en la revista ¡Hola!.

 

Dicen las malas lenguas que la abuela de Luis Alfonso aún no se ha recuperado de la impresión cuando vio a su hija mayor de esta guisa. Y en Caracas, donde vive Luis desde que se casó con Margarita Vargas, la puesta en escena gorilera fue tema de conversación (y lo sigue siendo) en tertulias, partys, bodas, bautizo y encuentros sociales de los VIP’s caraqueños.

 

Los suegros del duque de Anjou, Victor Vargas y Carmen Leonor Santaella, son gente muy poderosa pero también muy discreta y esas apariciones estelares de Carmen con todo tipo de decorados y atrezzos les tiene en un sin vivir. Pero como son de buen talante y poco dados a los comentarios más allá del reducto de su mansión, prefieren mantenerse al margen de chismes y murmuraciones. Ya se dio suficiente bombo a la boda de Margarita y Luis en Punta Cana como para seguir siendo protagonistas de algo que ni les va ni les viene. Al chico Borbón le han recibido como un hijo y lo que hagan los colaterales les trae el pairo.

 

Por su parte, el yerno se ha convertido en parte imprescindible del organigrama empresarial del todopoderoso Vargas. Se encarga de la división internacional (Estados Unidos y Europa) y cada vez viaja más a Madrid. Según cuentan sus amistades, su sueño es instalarse en España. Hace dos años compraron un piso de ochocientos metros cuadrados en el barrio de Salamanca y una vez restaurado y decorado lo han convertido en su hogar madrileño. Les gusta invitar a sus amigos (Enrique Ponce y Paloma Cuevas, los Segrelles, los Alacuas…) y organizar cenas. Las navidades pasadas incluso Carmen Martínez Bordiu ejerció de canguro (Ver noticia) mientras su hijo y su nuera se iban de parranda.

 

Esta Semana Santa también viajaron a España en vez de instalarse en la mansión de Palm Beach, como hacían en otras ocasiones. Y ha sido precisamente su visita lo que ha hecho que se organizaran reuniones familiares con la mayoría de los miembros de la tropa Martínez-Bordiu Franco. Una situación inusual y sorprendente. Lo habitual eran los almuerzos con la duquesa de Franco, su verdadero punto de referencia ya que fue con ella con quien vivió en el piso de Hermanos Bécquer cuando se quedó huérfano y se negó a vivir en París con su madre y con Jean Marie Rossi. Luis Alfonso ha ganado madurez y peso en la familia convirtiendo en una especie de coordinador general.

 

Visitó a su primo Daniel, hijo de José Cristóbal y la presentadora José Toledo (Ver noticia) en el hospital y estuvo con su tío Jaime, que no se encuentra en su mejor momento físico, ni afectivo. Los quince días que pasó en Madrid los utilizó -entre otras cosas- para armonizar a su peculiar familia.