El segundo ‘sí quiero’ de Salma Hayek

Venecia se viste de gala. Y es que este fin de semana se celebra en la mítica ciudad de los canales la ‘reboda’ del año, la de Salma Hayek y su marido François Henri Pinault. Aunque se dieron el ‘sí quiero’ legal el pasado 14 de febrero en el Ayuntamiento de París, la pareja desea hacer una sencilla fiesta para sus amigos en la localidad en que se conocieron. Sin embargo, algunos invitados ya han comenzado a darse de baja.

Antonio Banderas, que comparte una sincera amistad con la mexicana desde que protagonizaron Desperado, no asistirá finalmente a la boda de su amiga. Y eso que fue uno de los que confirmó el evento por error. Aunque lleva en España varias semanas y el viaje a Italia no es muy largo, el artista no quiere ir sólo. Su esposa Melanie no desea realizar un trayecto tan largo para compartir estos momentos con Hayek. Sin embargo, el intérprete ya se lo ha explicado a Salma, a la que le han enviado un regalito.

La que no faltará será Penélope Cruz. Según adelantó Vanitatis.com, la española, íntima de Salma desde hace muchos años, será la dama de honor de una ceremonia religiosa en la que Hayek afianzará la relación con su marido. También está previsto que se pase por la boda Javier Bardem, si sus actividades profesionales se lo permiten, el afamado cantante Luis Miguel o la actriz Ashley Judd.

Aunque han intentado que su boda no transcendiera, al final las filtraciones se han hecho inevitables. La pareja ya se encuentra en Venecia para ultimar los detalles de la que será su segunda boda. Según la revista People, este viernes hay una comida para los invitados. Sin embargo, Salma y su marido se darán el ‘sí quiero’ el sábado en el Palazzo Grassi, un edificio construido en el siglo XVIII y que es propiedad de la familia del millonario empresario francés desde 2005. Da la casualidad que allí se conoció la pareja en una fiesta.

Hace unas semanas, la actriz había jugado al despiste declarándose contraria a las bodas suntuosas y millonarias. De esta manera salió al paso de los rumores que anunciaban que estaba preparando una lujosa y extravagante celebración nupcial. "Gastar millones de dólares en una boda es ridículo y nunca ha sido un sueño para mí. Nunca lo haría", confesó. Al final los rumores tenían algo de razón.