Cayetano se refugia en África

Cayetano Martínez de Irujo no es Meryl Streep, pero como si lo fuera. Él también puede decir, como la protagonista de la película aquello de “Yo tenía una granja en Africa…”. En el caso del hijo de la duquesa de Alba se ha convertido en su refugio y su Sangrila particular donde raramente le siguen los paparazzis.

El año pasado, a pesar de los disturbios y la violencia desatada en Kenia, no quiso abandonar su costumbre y se instaló junto a sus dos hijos Luis y Amina, más la tata, en la casa que tienen junto a la playa de Manili. Se trata de una zona con arena privada, chiringuito y camellos donde el conde de Salvatierra pasó su luna de miel con la madre de sus hijos, Genoveva Casanova.

Este verano hará lo mismo. Cayetano se encuentra en su salsa y allí da igual que sea el hijo de la Gran Duquesa que un extraterrestre. El personal va a su bola y no se preocupa del vecino, con lo cual la tranquilidad es absoluta. El muchacho tiene fama de iracundo. De los seis hijos de la duquesa es el que peor lleva la fama o al menos eso parece porque a su hermana Eugenia, por ejemplo, la han atosigado más y no ha ido por la vida a bolsazo limpio. Incluso en este caso concreto hasta la propia madre ha criticado a sus novios, cosa que nunca hizo con él.

Dicen que el conde de Salvatierra es el preferido de mamá, o al menos con el que tiene más puntos en común, aunque también el que se enfrenta a ella. Cuenta la leyenda que fue precisamente Cayetano en el habló con el funcionario enamorado y le aclaró conceptos. Pero, a pesar de la imagen pública que tiene de hombre agresivo, en su vida privada es muy diferente.

Fue muy generoso a la hora de hacer concesiones económicas y personales en su divorcio con Genoveva Casanova. Se dedica en cuerpo y alma con sus mellizos siempre que le tocan. Y quizá lo más desconocido es que estructura su tiempo libre en función de la que fuera su niñera Margarita. Una señora ya muy mayor que le cuidó a él y a su hermana y a la que adora.