La noche más flamenca de Trinidad Jiménez
Los previos a las grandes ceremonias son rituales de nervios y culto a las amistades. Y si el anfitrión es Rafael Amargo, los nervios se sustituyen
Los previos a las grandes ceremonias son rituales de nervios y culto a las amistades. Y si el anfitrión es Rafael Amargo, los nervios se sustituyen por tablas y los amigos por unos cuantos más. Así de sencillo, pero a veces difícil. Bien lo sabe el propio bailaor que el jueves presentó su nuevo espectáculo La difícil sencillez, en el Teatro Canal de Madrid. Así pues, a las ocho de la tarde de ayer, se levantaba el telón del photocall para el propio Rafael; Manuel Molina, artista invitado; Francis Montesinos, encargado del diseño del vestuario, y Pilar Távora, directora de escena. Tras el posado de rigor de Amargo y su equipo, éste se entregó a los periodistas que le reclamaban para conocer sus impresiones y sentimientos antes del estreno, mientras que el photocall se convertía en el escaparate de las decenas de invitados conocidos que hicieron acto de presencia.
Los previos a las grandes ceremonias son rituales de nervios y culto a las amistades. Y si el anfitrión es Rafael Amargo, los nervios se sustituyen por tablas y los amigos por unos cuantos más. Así de sencillo, pero a veces difícil. Bien lo sabe el propio bailaor que el jueves presentó su nuevo espectáculo La difícil sencillez, en el Teatro Canal de Madrid. Así pues, a las ocho de la tarde de ayer, se levantaba el telón del photocall para el propio Rafael; Manuel Molina, artista invitado; Francis Montesinos, encargado del diseño del vestuario, y Pilar Távora, directora de escena. Tras el posado de rigor de Amargo y su equipo, éste se entregó a los periodistas que le reclamaban para conocer sus impresiones y sentimientos antes del estreno, mientras que el photocall se convertía en el escaparate de las decenas de invitados conocidos que hicieron acto de presencia.