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Alicia Alonso se baña en el lago de los cisnes
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Alicia Alonso se baña en el lago de los cisnes

Baño de masas y un final apoteósico para una noche muy cubana en Madrid. Alicia Alonso, la Prima Ballerina Assoluta y Directora del Ballet Nacional de

Foto: Alicia Alonso se baña en el lago de los cisnes
Alicia Alonso se baña en el lago de los cisnes

Baño de masas y un final apoteósico para una noche muy cubana en Madrid. Alicia Alonso, la Prima Ballerina Assoluta y Directora del Ballet Nacional de Cuba se subió anoche al escenario una vez que los cisnes de su ballet se adormecieron en el lago. Norteamericana de nacimiento y cubana por voluntad propia ha exportado el nombre de su patria por todo el mundo. En España es una de las artistas extranjeras más premiadas. Reconocimiento institucional no le falta a la maestra cubana. Tampoco cariño popular.

No hubo manera de que los aplausos se callaran para dejarla descansar a ella también. Con sempiterno look cubano, turbante sobre el rostro moreno de cejas dibujadas, nadie diría que tiene 88 años y sueña con cumplir los 200. Nadie diría que no le hace falta ver para dirigir un ballet en constante evolución, uno de los mejores del mundo.

Querida por las instituciones

Directamente desde su despacho en la calle de Alcalá, sede del Instituto Cervantes, su directora, Carmen Caffarel, llegó puntual a la cita con Alicia. Tremendamente popular, le costó llegar hasta su asiento del patio de butacas. Carmen es una comunicadora empedernida -es catedrática de comunicación audiovisual en la universidad Rey Juan Carlos de Madrid- y a cada paso se paraba para un saludo, un ratito de conversación, la sorpresa de un encuentro...

El ballet se hacía esperar y la ex directora del ente público se deshacía en elogios a la coreógrafa cubana. Uno de los contertulios presentes en el corro de Caffarel recordó que Alonso era hija de padres españoles y que a Caffarel le gusta más un teatro que a un niño un caramelo. Sonriente, reconoció, "me viene de casta". Su padre, Jose María Caffarel, trabajó en la compañía de Adolfo Marsillach durante muchos años.

"Hermosos recuerdos"

Otra mujer que ama el baile porque, entre otras cosas, le recuerda a "hermosos tiempos pasados" es la guapísima María Pineda, que, acompañada por Rubén Domínguez, del Conde Duque, siempre implicado en proyectos culturales, se dejó abrazar por todos y cada uno de los que se acercaban a preguntarle por su estado de salud. Llegó tarde, al segundo acto y charló con la bailarina María Rosa y una operadísima Marilí Coll. También acudió a la cita cubana la actriz Elena Ballesteros, la 'niña' de la serie Periodistas y popular por su interpretación reciente en La familia mata.

A la ex de Joaquín Cortés le ha gustado desde siempre el baile y el hecho de mantener una relación con el bailarín la llevó a aficionarse a la danza en cualquiera de sus manifestaciones. Agradecida por las manifestaciones de cariño, sonriente y muy contenta porque su recuperación del cáncer de pulmón que padece va viento en popa, comentó que "había disfrutado de lo lindo con el ballet y que se sentía con muchas fuerzas para seguir adelante en el tratamiento". Eso sí, "elijo muy bien las salidas nocturnas a las que acudo", explicó.

Bailar sin música

Lleno hasta la bandera, el Teatro Compac Gran Vía bajó las luces a las nueve en punto para dar protagonismo al espectáculo sonoro de TchaiKovsky. No habían pasado ni siquiera dos actos cuando falló el sonido y las bailarinas/cisnes se quedaron compuestas y sin música sobre un escenario al que nadie bajaba el telón. Bochornoso, sí, pero puede pasar. Este era el comentario general. La gran Alicia Alonso, que estaba sentada en las últimas filas, debió pensar que antes, cuando los teatros llevaban orquesta en el foso, los bailarines estaban a salvo de estos percances.

Un diez, no obstante, para los cisnes, vestidos por Francis Montesinos, que nadaban en el lago. Los espectadores que estaban cerca del escenario pudieron oír cómo, entre bambalinas, alguien mantenía el compás y tarareaba la música. Las jóvenes cubanas nunca perdieron el paso. Impresionantes los cuatro minutos sin música.

El espectáculo llegó a buen puerto al fin y Alicia Alonso, requerida por los chicos de su ballet, se dejó querer por el respetable. Verla sobre el escenario para ver la armonía hecha carne.

Baño de masas y un final apoteósico para una noche muy cubana en Madrid. Alicia Alonso, la Prima Ballerina Assoluta y Directora del Ballet Nacional de Cuba se subió anoche al escenario una vez que los cisnes de su ballet se adormecieron en el lago. Norteamericana de nacimiento y cubana por voluntad propia ha exportado el nombre de su patria por todo el mundo. En España es una de las artistas extranjeras más premiadas. Reconocimiento institucional no le falta a la maestra cubana. Tampoco cariño popular.