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El marido de Belén Esteban se marcha de casa
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El marido de Belén Esteban se marcha de casa

Poco ha durado la tranquilidad en casa de Belén Esteban. Y esta vez nada tienen que ver los inquilinos de Ambiciones y sus colaterales en las

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El marido de Belén Esteban se marcha de casa

Poco ha durado la tranquilidad en casa de Belén Esteban. Y esta vez nada tienen que ver los inquilinos de Ambiciones y sus colaterales en las tristezas de la reina de San Blas. Tampoco los desaires a la niña Andreíta o cuestiones con Hacienda. Su problema es de tipo conyugal.

El martes Fran, su marido, no durmió en el domicilio familiar. Cuando terminó su trabajo en el bar se fue a casa de sus padres para reflexionar y seguramente descansar de la intensidad del carácter de la televisiva.

Una bronca telefónica de alto voltaje y unilateral fue la causante de la decisión del paciente camarero, que tuvo sus prolegómenos el domingo pasado. Ese día la pareja tuvo un desencuentro verbal que no se sabe muy bien cómo (¿o sí?) trascendió.

Al día siguiente varias cámaras de televisión acudieron al bar de Fran para escuchar sus explicaciones. Como siempre, se mantuvo al margen de la popularidad de su mujer y continuó sirviendo desayunos y menús sin abrir la boca. Belén, olvidando quizás su carácter extrovertido, debió hacer algún comentario público contando al día siguiente su desencuentro marital.

Lo que podía haberse solucionado con una charla terminó con una llamada de teléfono de una exaltada Belén al bar de Fran. A partir de ahí, se armó la marimorena. Fran le dijo que no estaba dispuesto a escuchar más tonterías, y menos a gritos. Que él no había hablado con ningún periodista y mucho menos que hubiera llamado a nadie. Su señora no quiso (o no pudo) entrar en razón. Ayer, la propia Belén confirmaba la salida de su marido del hogar conyugal aunque aseguró “que no se había llevado nada”.
 

Poco ha durado la tranquilidad en casa de Belén Esteban. Y esta vez nada tienen que ver los inquilinos de Ambiciones y sus colaterales en las tristezas de la reina de San Blas. Tampoco los desaires a la niña Andreíta o cuestiones con Hacienda. Su problema es de tipo conyugal.