Borja y Blanca no están arruinados

En tiempos de crisis en casi todas las familias españolas existen números rojos. Pero, a pesar de lo que se ha dicho, parece que Blanca y Borja Thyssen no están agobiados por las deudas.

Es sabido que el tren de vida de la pareja deja a más de uno con la boca abierta. En la calle se comenta que siempre están de vacaciones. A la pareja se la ve a menudo comprando en tiendas carísimas. ¿Será verdad que, como el resto de mortales, se han apretado el cinturón?

Es probable que cuando visitan una boutique de moda, en vez de comprarse varios trajes, escojan alguno menos, pero de ahí a no tener liquidez dista un abismo. Así es al menos lo que su entorno ha observado.

Un ejemplo muy claro es la venta de su casa de Ibiza. Todavía sigue siendo de su propiedad. La pareja le tiene mucho cariño, pero el nacimento del pequeño Sacha hizo cambiar sus planes. Un posible traslado a Madrid provocó que se pusiera a la venta por el módico precio de 14 millones de euros.

Borja tuvo un comprador: el novio ruso de Naomi Campbell, pero la transacción no se materializó. Desde entonces la pareja no ha tenido muchas más ofertas. Según parece, el hijo de Carmen Cervera no quiere rebajar el precio de la mansión. De ser así, no estarían tan necesitados de dinero líquido para tapar sus supuestos agujeros económicos.

Incluso se dice que, ante la falta de comprador, el matrimonio estaría dispuesto a redecorar su hogar ibicenco para adaptarlo a sus nuevas necesidades. Así las cosas, la nueva batalla judicial que se avecina entre madre e hijo pondrá a cada uno en su lugar.

El tema de la herencia del Barón ha marcado las vidas de su viuda y del hijo de ésta. Ahora algunas publicaciones dicen que el tan traído y llevado ‘don dinero’ se ha entrometido de nuevo en la vida de Carmen y su único vástago. Algunos se preguntan ¿le habrá contado Tita toda la verdad a Borja sobre el legado Thyssen? ¿Habría descubierto Borja algún papel, algo relacionado con la herencia de su padre, ocultado por Tita? Quizás, por todo este nuevo culebrón, madre e hijo volverán a verse las caras, no en Sant Feliu de Guixols, en la finca ‘Más Mañanas’, sino en algún juzgado del país.