Dita Von Teese llegó, enseñó y huyó

Dita Von Teese es la más rápida del oeste. La llamada reina del burlesque se dejó ver ayer por Madrid en una visita express en la que fueron rápidas y concisas hasta las escasas preguntas que dio tiempo a hacerle. Siempre en voz baja, hablando de su colección, y con una sonrisa tímida que encaja a la perfección con su forma de ser.

“Dicen que es albina y se tiñe el pelo de negro azabache”, comentaban entre sí algunos de los periodistas congregados en el hotel Westin Palace de la capital, lugar en el que tenía lugar la cita. Un encuentro de esos que tan de moda se han puesto en los últimos tiempos, e aquellos en el que el tiempo es crucial para mantener vivo el estatus de superestrella del invitado. (Ver álbum)

La razón de la visita de Von Teese era la presentación de su exclusiva colección Sparkle Teese by Dita Von Teese de lencería para la firma Wonderbra, unas prendas que sólo se venderán en tres centros en España y que llegan a nuestro país tras pasar por París, Londres y Milán (Ver vídeo de presentación de la línea). Tanta exclusividad se rodeó de un aura de expectación que sólo precede a las celebrities.

Nadie sabe quien es en realidad Dita Von Teese. Una mujer, cuyo nombre original el Heather Sweet, que muestra sus encantos y habla sin tapujos sobre la seducción, pero que, en el fondo no desvela su verdadera naturaleza. Siete años de matrimonio con el cantante Marilyn Manson la convirtieron en un personaje conocido en Estados Unidos, y sus encantos así como un look inspirado en los años 40 hicieron el resto.

Ataviada con un vestido negro con lunares blancos, casi tanto como su inmaculada tez fueron el objetivo de los fotógrafos. Cinco minutos de posado sin interrupción en el que no perdió la templanza, mantuvo su media sonrisa y se ratificó en su intento de promocionar su segunda colección, una línea que, según dice es una reinvención de la primera porque desde que se creó la anterior, “no podía dejar de soñar imaginando tenerla en nuevos colores y tejidos”.

Monosílabos para afirmar que le gusta España y que está encantada con sus nuevas prendas. Y se va por donde vino, lo mismo en el Palace que en unos conocidos grandes almacenes de la capital. Si alguien quería conocer un poco más a esa impenetrable mujer, que no esperase hacerlo en Madrid. Eso sí, pese a lo rápido de su presentación, llegó vio y venció. Es lo que tiene ser una diva y conocer como nadie las armas de seducción masiva.