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Ana Obregón quiere un hombre que no le cueste
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Ana Obregón quiere un hombre que no le cueste

Quizá haya pocas personas en España cuya vida haya estado tan mediatizada como la de Ana Obregón. Sus viajes a Estados Unidos, su papel en la

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Ana Obregón quiere un hombre que no le cueste

Quizá haya pocas personas en España cuya vida haya estado tan mediatizada como la de Ana Obregón. Sus viajes a Estados Unidos, su papel en la mítica serie de televisión El equipo A, su embarazo, el nacimiento de su hijo, los conflictos a golpe de demanda como le sucedió con Cayetano Martínez de Irujo, y, por supuesto, todas las parejas y los que no han sido ni novios, son sólo algunos de los episodios de la existencia de la multidisciplinar Anita.

Con el paso de los años ha aprendido a ver las cosas de otra forma, especialmente en el plano amoroso. Dice que ahora que su hijo Alex, a quien asegura, ha querido mantener alejado del los medios y de la vida pública, está a punto de abandonar el nido, es quizá el momento para que aparezca alguien con quien pasar su tiempo.

Entre los hombres que han pasado por su vida, a parte de Alessandro Lecquio, padre de su hijo, hay otro nombre que suena con fuerza; el del futbolista Davor Suker. El croata, con quien mantuvo una relación hace ya unos cuantos años, sigue siendo a día de hoy un gran amigo para la bióloga. Comenta Ana Obregón que hace unos días cuando fue a visitarla le decía que “no sabes qué difícil era estar contigo: grababas de lunes a viernes y el fin de semana era para tu hijo y a mí me veías el domingo después del partido de seis a ocho”.

Para el futbolista sólo tiene buenas palabras, y dice que con él se sentía de igual a igual. “ Él estaba un poco como yo, en el sentido de que era muy conocido en todo el mundo por su profesión” comenta Obregón, que añade con una exclamación que Suker “gracias a Dios no me costaba”. 

Cuenta con sorna que tiene “una manía” que consiste en que “cuando vamos a cenar, vaya con quien vaya, siempre saco enseguida la tarjeta” por eso asegura que cuando estaba con él, o con cualquier otro hombre que la invita a cenar “no me lo puedo creer”. Así las cosas, ella misma se ríe de las situaciones que se han dado a su alrededor y asegura que “de agencia de ocupación yo hubiera ganado mucho”.

Razón no le falta, porque muchos han sido los que han logrado tener su minuto de gloria y ganar dinero después de pasar por su lado. Ella habla de un caso en el que un chico que decía ser su novio ni tan siquiera le conocía, pero que le ayudó a salir en un par de programas. Y eso a ella le parece “injusto” porque, asegura “hay gente que se lo curra día a día”.

Pero al margen de los añadidos que nunca formaron parte de su vida, de quien no quiere hablar es de Darek y de Susana Uribarri. Dice que “hay profesionales del engaño” y ante la pregunta de si el búlgaro era uno de ellos ella nos pide que seamos nosotros quienes respondamos a esa pregunta porque asegura, “sabéis la respuesta mejor que yo”.

Asegura que lo que “lo que más me puede doler es la decepción”, y concreta que ese sentimiento se debe a “que te falle un amigo o una amiga, no puedo con la traición de los amigos”. Pero a lo largo de su vida no sólo ha tenido que encontrarse con decepciones de ese tipo, también las ha habido de otros.

Dice que se calla muchas cosas “por mis padres y mi hijo”, pero que el día que ella si ella se sentara en un plató de televisión –algo que recalca que nunca hará- y cuente “la verdad”, asegura que tendría “a toda España y a todos los que me han criticado pidiendo perdón de aquí hasta que se mueran”.

Uno de los peores tragos que ha tenido que pasar a lo largo de su carrera artística ha estado relacionado directamente con esas personas por las que guarda silencio. Todo ocurrió, según cuenta “cuando una vez en ‘Aquí hay tomate’ sacaron a mi padre desnudo en su cuarto”. Tal fue el dolor que le provocó esta situación, que estuvo a punto de dejarlo todo.

La demanda que interpuso por ese caso la ganó, pero el daño ya estaba hecho y pero “el dolor ese” el que provoca “pensar que por mi culpa, por ser yo conocida, a mi padre le han hecho esto”, no desaparece de la noche a la mañana y asegura que le hizo sufrir hasta niveles increíbles.

Afortunadamente, la vida va pasando y el tiempo cura las heridas. Es por eso que Ana sigue adelante con su profesión, más ahora que su hijo Alex ya ha cumplido los dieciséis y  “saca unas notas estupendas” porque está “aplicando para universidades extranjeras” para cuando termine su formación en España.

Entonces será cuando Ana se mude a Miami, tal y como era su intención, quizá allí su vida sea distinta y continúe con la felicidad que asegura que la acompaña en los tiempos actuales.

Quizá haya pocas personas en España cuya vida haya estado tan mediatizada como la de Ana Obregón. Sus viajes a Estados Unidos, su papel en la mítica serie de televisión El equipo A, su embarazo, el nacimiento de su hijo, los conflictos a golpe de demanda como le sucedió con Cayetano Martínez de Irujo, y, por supuesto, todas las parejas y los que no han sido ni novios, son sólo algunos de los episodios de la existencia de la multidisciplinar Anita.