Blanca Cuesta quiso ser presidenta

Carmen Cervera continúa con su vida cotidiana al margen de las movidas filiales. A la inauguración de 'Lágrimas de Eros' en el museo Thyssen (ver fotos) estaba invitada la pareja B&B (Borja y Blanca) como en todas las convocatorias que organiza mamá o que tengan que ver con ella.  

Ésta vez, como viene siendo habitual, dieron la callada por respuesta. Borja no responde a las llamadas telefónicas de su madre y es Blanca la que asume la responsabilidad. En esto y en todo, según afirman amistades de la baronesa. Y de ahí el mosqueo de la madre, porque el hijo querido no es capaz de ejercer como el Thyssen que es, con “una educación esmerada, rodeado de arte y conociendo ese mundo desde dentro”, como explicaba la titular al preguntarle sobre las cualidades de Borja.

Durante varios meses hubo un intento por involucrar a la pareja en las actividades culturales que tuvieran que ver con antiguos y nuevos proyectos, tanto de la colección privada de Carmen como de la Fundación, del Patronato o de lo que fuera. Antes de que naciera Sacha, hubo una oferta para que la pareja pasara temporadas estudiando arte en la ciudad que quisieran. Nueva York, París, Florencia… Podían elegir cualquiera y participar en cursos con los mejores especialistas y conservadores de museo. Tampoco funcionó.

B&B preferían vivir la vida en Ibiza como eternos adolescentes mimados y consentidos. Su única obligación era cuidar de los perros y que los aparatos de gimnasia de la casa estuvieran a punto. Aunque Carmen Cervera insitía en que se dedicara a algo productivo, Borja no reaccionaba. Los líos familiares, las acusaciones entre los dos bandos y las filtraciones hacían difícil los encuentros.

Pero hubo un momento en que parecía que todo iba a cambiar. Borja se comprometió y acudían casi todos los días al Thyssen. Le plantearon formar parte de la asociación 'Amigos del Museo', una actividad interesante donde además le nombrarían presidente honorario. A Borja la idea le gustaba, pero no a Blanca. Ella quería ser también “presidenta”, no en calidad de consorte sino titular.

Al explicarle que no podía ser porque ese cargo no tenía razón de ser ya no volvieron a aparecer por el museo. Casualidad o no, el caso es que la pareja desapareció del universo ilustrado. Entre los amigos dicen que el error de Blanca, a la que consideran “superlista”, es no saber manejar la relación con su suegra. En vez de enfrentarse habría sido mucho más inteligente decirle que sí a todo y después hacer los que le diera la gana.