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El cirujano, el mejor amigo de los famosos
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El cirujano, el mejor amigo de los famosos

La nueva imagen de Belén Esteban es un tema susceptible de ilustrar conversaciones para todos los públicos. De eso ya no cabe duda. En el autobús,

Foto: El cirujano, el mejor amigo de los famosos
El cirujano, el mejor amigo de los famosos

La nueva imagen de Belén Esteban es un tema susceptible de ilustrar conversaciones para todos los públicos. De eso ya no cabe duda. En el autobús, en el supermercado y hasta en los círculos políticos y sociales más herméticos. Todo el mundo habla de ella y el asunto amenaza con prolongarse.

El supuesto embarazo de Penélope Cruz o las sorprendentes separaciones que este año han llenado las páginas del papel cuché se quedan en agua de borrajas al lado del estupor que ha levantado la nueva imagen de la mamá de Andreíta, que ya pasó por el quirófano para aumentar su talla de pecho y así lo demostró en la portada de Interviú, con el cabello y los nuevos atributos a merced del viento. Es sorprendente observar cómo, mientras otras personas ocultan sus arreglillos, la televisiva se jactó de sus retoques, ante el público que el viernes la aplaudió sin descanso. (Ver vídeo)

La revolución ha sido tal que las redes sociales han elevado su cambio a la altura de un plesbicito de ámbito nacional y las apuestas por sacarle un parecido razonable con un personaje de similar popularidad no se han hecho esperar. Paris Hilton, Michael Jackson, Cher… Ya hay incluso algunos que quieren tener su misma nariz.  Una oportunidad de oro para el doctor Ramón Vila-Rovira que ya se frota las manos explicando a la generalidad la obra de marquetería. Es más; ha visto incrementado el flujo de llamadas de personas con intención de pasar por sus manos.

Pero si la metamorfosis de Belén ha sorprendido a propios y extraños, las hemerotecas vivientes de las memorias de muchos ciudadanos todavía recuerdan las transformaciones más famosas. Quien se lleva la palma, y ahora más después de muerto y su nueva condición de mito, es la mutación física que sufrió en vida el fallecido ‘rey del pop’, Michael Jackson. Pasó de tener la tez negra a ser completamente blanco, dicen que por estragos del vitíligo. Aunque lo más reseñable de su aspecto era su nariz, que de tantas operaciones, estaba seriamente deteriorada.

Mikie Rourke, Kalina de Bulgaria, Melanie Griffith o Esther Cañadas también han caído ante los influjos del bisturí y su cambio de imagen ha sido de todo menos discreto. La popular cantante de ‘pop’ Cher se ha sometido a más de 20 operaciones de estética a lo largo de toda su vida y se ha convertido en adalid de este tipo de intervenciones en el mundo del espectáculo. La expresión facial de las actrices Nicole Kidman y Reneé Zellwegger no ha vuelto a ser la misma desde que se volvieran ‘adictas’ al botox. La glándula botulímica fue objeto de las críticas más feroces cuando la actriz Sharon Stone quiso inyectársela a su hijo en el pie, para evitar la sudoración masiva.

Otras, más conocidas en España, como Isabel Preysler, Tita Cervera o Elsa Pataky, han  preferido graduar la cadencia de sus cambios fisionómicos. Es vox populi que en las portadas de Hola son los hologramas de la baronesa y la emperatriz del corazón, que figuran, con la experiencia de tantos años, ante el objetivo. La ex de Fonsi Nieto poco se parece a la joven de ‘Al salir de clase’. La actitud de la actriz es negarlo todo por salir guapa en las fotos. Sus rasgos son muchos más suaves, gracias en parte a las supuestas liposucciones, aumento de pómulos, labios y pecho, lipoescultura en nalgas y piernas… una friolera de intervenciones comparable en parte a las de Ana García Obregón, Pamela Anderson, Demi Moore, Victoria Beckham, Christina Aguilera, Britney Spears o Gwyneth Paltrow.

La rinoplastia a la que se sometió la princesa Letizia, por razones estrictas de salud, también levantó su polvareda mediática en el verano de 2008. Un revuelo comparable a la imagen de las actrices Mischa Barton o Lindsay Lohan tras pasar por el quirófano y reaparecer en público.
 

La nueva imagen de Belén Esteban es un tema susceptible de ilustrar conversaciones para todos los públicos. De eso ya no cabe duda. En el autobús, en el supermercado y hasta en los círculos políticos y sociales más herméticos. Todo el mundo habla de ella y el asunto amenaza con prolongarse.