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Alfonso Díez y su fotógrafo de cámara
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Alfonso Díez y su fotógrafo de cámara

Hasta que no irrumpió en escena Alfonso Díez, los viajes y desplazamientos por suelo patrio y territorios internacionales de la duquesa de Alba eran materia reservada. Sus

Foto: Alfonso Díez y su fotógrafo de cámara
Alfonso Díez y su fotógrafo de cámara

Hasta que no irrumpió en escena Alfonso Díez, los viajes y desplazamientos por suelo patrio y territorios internacionales de la duquesa de Alba eran materia reservada. Sus amistades más cercanas y sus hijos eran los únicos que tenían información directa de la viajera, que se movía de norte a sur y de este a oeste igual que el baúl de la Piquer. O mejor dicho, y por aquello de no comparar a la gran duquesa con un objeto inanimado, como el aventurero Marco Polo.

En verano se paseaba por sus palacios y casas repartidas por España. En otoño a Venecia en tren y con todos sus animales de compañía. No viajaba con un pulpo pero sí con un loro, perros y gatos. Cuando se le quitó el miedo a volar ya fue la locura y comenzó a realizar viajes iniciativos por medio mundo. La India fue su primer periplo y solía acompañarla María Eugenia Fernández de Castro. Con ella se lo pasaba de cine porque, además de divertida, su ex nuera es de esas personas que se adecuan a cualquier situación.

Cayetana recorrió la ruta de los marajás, los desiertos dorados de Rajasthan, Delhi, Agra…. En aquellos años donde el funcionario Díez no existía mediáticamente estos viajes eran privados. A la vuelta la duquesa organizaba almuerzos y meriendas y enseñaba las fotos. Nunca hubo filtraciones y muchos menos publireportajes como los de ahora, donde el novio posa en Paris y en Egipto como si fuera el protagonista de una superproducción. Y esto sólo es la primera parte de la entrega porque aún veremos imágenes mucho más insólitas.

Alfonso Díez, que llegó a la vida de la duquesa como un hombre poco dado a las apariciones públicas, como él mismo decía arrobado cuando le pillaban en la calle, ha cambiado de forma de ser. O puede ser que siempre haya sido así y en realidad lo que le vuelve loco es la popularidad.

El caso es que si ante la discreción era la tónica general que rodeaba a la aristócrata, ahora es al contrario. Díez parece un presidente de gobierno que se acompaña de su fotógrafo de cámara. ¿Recuerdan a Sarkozy cuando hizo su primer viaje oficial a Egipto con Carla Bruni? Pues el funcionario y Cayetana, lo mismo. Aunque en este caso el papel del presidente galo sería para la aristócrata, por ser la titular, y Díez ejercería de Bruni ya que como ella va con todos los gastos pagados.
 

Hasta que no irrumpió en escena Alfonso Díez, los viajes y desplazamientos por suelo patrio y territorios internacionales de la duquesa de Alba eran materia reservada. Sus amistades más cercanas y sus hijos eran los únicos que tenían información directa de la viajera, que se movía de norte a sur y de este a oeste igual que el baúl de la Piquer. O mejor dicho, y por aquello de no comparar a la gran duquesa con un objeto inanimado, como el aventurero Marco Polo.