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Los famosos se meten entre los fogones
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Los famosos se meten entre los fogones

Nada hay peor que el aburrimiento. Sin embargo, con dinero, la cosa pasa mejor. Como las penas con pan. Y si no que se lo digan

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Los famosos se meten entre los fogones

Nada hay peor que el aburrimiento. Sin embargo, con dinero, la cosa pasa mejor. Como las penas con pan. Y si no que se lo digan a los famosos que desde hace ya algunos años, disfrazan el “y ahora qué hago” abriendo y cerrando negocios que llenen sus ratos libres, mantengan a flote su fama e incrementen su cuenta corriente. Está de moda tener restaurante propio.

Hace casi 20 años, Bruce Willis y su mujer por aquél entonces, la actriz Demi Moore, junto con Stallone y Schwarzenegger, fundaron la cadena Planet Hollywood abriendo el primer restaurante en Nueva York. Ellas fueron las estrellas pioneras en eso de saltar al negocio de la restauración, y lo hicieron por todo lo alto, dando así el pistoletazo de salida a toda una serie de celebrities que, poco después, se sumarían a esta suculenta idea.

En 2008, por ejemplo, Eva Longoria inauguró un restaurante de comida mexicana en Hollywood con nombre español, 'Beso', junto al chef Todd English, popular por su guacamole, su “sopa de tortilla”… y por ser a día de hoy punto de encuentro de multitud de rostros conocidos del cine y la televisión norteamericana. Los mismos que también se reúnen en el Dolce, local que regenta el joven actor Ashton Kutcher (actual pareja de Demi Moore). Por su parte, Jennifer López, hija de emigrantes puertorriqueños, recrea las recetas de su abuela en el Madres, también en Los Ángeles.

En plena Gran Manzana de Nueva York, un músico triunfa desde 2007 con una franquicia llamada The Bitter Apple. Se trata de Dave Gahan, vocalista de Depeche Mode. Y en primera línea de playa, en Miami, el actor Danny De Vito, decidió probar fortuna cristalizando su pasión por la gastronomía con la apertura de De Vito South Beach, especializado en pastas y carnes. Muy cerca, Gloria Estefan montó el restaurante Larios de Miami y, más tarde, en Orlando, inauguró el Bongos Cuba Café.

En Londres, el director de cine y ex de Madonna, Guy Ritchie, triunfa con The Punchbowl. En París, Gérard Depardieu y la actriz Carole Bouquet tienen dos restaurantes, L’Ecaille de la Fontaine y La Fontaine Gaillon, especializados en pescados y mariscos y con una amplia carta de vinos.

Pero no es oro todo lo que reluce. Buena prueba de ello fue el fracaso, ya en España, del Fashion Café, de Claudia Schiffer, Elle MacPherson y Naomi Campbell, que echó el cierre año y medio después de inaugurarse en Barcelona, o ese “pollo a la Pantoja” en el restaurante que la tonadillera abrió en Málaga, al igual que la cocina de La Cuba de Nilo, de Isabel Gemio y su ex, ya que ninguno de ellos sobrevivió en Madrid.

Los nacionales también tienen menú degustación

Blanca Suelves y su marido Joannes Osorio, Duques de Alburquerque, explotan parte de su finca Soto de Mozanaque para eventos de todo tipo, desde celebraciones familiares a presentaciones de marcas comerciales. También en Madrid, en pleno corazón de Chueca, frente al Lombok, local que Jesús Vázquez decidió ceder por falta de tiempo, se encuentra La Bardemcilla, tasca de Javier Bardem (que regenta su hermana y donde las croquetas son el plato estrella), lo mismo que otro de los negocios del clan Bardem, El Corazón Loco, en la zona de Latina.

Santiago Segura, fiel a su particular sentido del humor, le puso como nombre Minabo a su exitoso experimento de fusión japonesa-mexicana, Antonio Resines optó por La Reina de Cuba y Kim (antigua azafata del ‘Un, Dos, Tres’) continúa al pie del Cornucopia. También la hija de Mariluz Barreiros, Cristina Comenge, decidió probar suerte en el negocio y hoy en día es dueña del exitoso Oven 180. 

Por su parte, Javier Merino y Mar Flores pusieron de moda las noches en el Fortuny, al tiempo que la modelo Nieves Álvarez y el diseñador Roberto Torretta abrieron juntos el Bajo Cero. Pero no son los únicos, tres amigos: Guti, Fonsi Nieto y Rafa Medina, se unicieron para liderar el restaurante Barroque. Y es que la lista de artistas y famosos reconvertidos en hosteleros es interminable: Antonio Banderas, Buenafuente, Ana Rosa Quintana y Antonio Hidalgo, Lia Chapman, Belinda Washington, Alaska… ¿Se unirá alguno más en los próximos meses?

Nada hay peor que el aburrimiento. Sin embargo, con dinero, la cosa pasa mejor. Como las penas con pan. Y si no que se lo digan a los famosos que desde hace ya algunos años, disfrazan el “y ahora qué hago” abriendo y cerrando negocios que llenen sus ratos libres, mantengan a flote su fama e incrementen su cuenta corriente. Está de moda tener restaurante propio.