La infanta Elena ya no esquía en Baqueira

Esquiar siempre ha sido una de las grandes aficiones de la Primera Familia. Incluso la última en incorporarse, Letizia Ortiz, se instruyó este deporte nada más pasar por la vicaría, gracias a la inestimable ayuda del príncipe, que practica la disciplina desde muy pequeño.

El ‘marco incomparable’ de las proezas familiares siempre ha sido Baqueira- Beret, donde los Reyes tienen un casoplón que recientemente han ampliado para que los Urdangarines, que son seis, y los hijos de la infanta Elena, recientemente divorciada, no tengan problemas de espacio. Los monarcas hace tiempo que no esquían y ahora son sus hijos y nietos los que pasan las vacaciones invernales en la exclusiva pista de esquí, frecuentada por vips de aquí y allá.

Otro de los destinos favoritos de la Familia Real son los Pirineos aragoneses. Si en 2004 los príncipes de Asturias se convirtieron en el auténtico atractivo de la estación de Candanchú, el fin de semana pasado la infanta Elena se desplazó hasta la estación de Cerler, en el Valle de Benasque, para relajarse con unos amigos y disfrutar de la gastronomía local y del esquí. (Ver vídeo)

Como Presidenta de Honor del Comité Paralímpico Español, la primogénita de los Reyes se interesó por los servicios adaptados que la estación ofrece para personas con discapacidad. El secretario general del Comité Paralímpico Español, Miguel Sagarra, la acompañaba.

La comarca del Ribagorza vivió con intensidad su visita ya que desde 2001, cuando el rey estuvo en la misma estación, no había vuelto a recibir la visita de ningún miembro de la Casa Real. La infanta, oficialmente divorciada de Jaime de Marichalar, se instaló en un apartamento junto al grupo de amigos con el que acudió y, tal y como informa Elena Fortuño en el Diario del Alto Aragón, disfrutó de la gastronomía local en el único hotel cuatro estrellas de la zona, el Aneto de Benasque.