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La conjura de los hijos de la duquesa de Alba
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La conjura de los hijos de la duquesa de Alba

La duquesa de Alba está en un momento espléndido de su madurez, que no de vejez, un término que le horroriza porque dice que viejos son los

Foto: La conjura de los hijos de la duquesa de Alba
La conjura de los hijos de la duquesa de Alba

La duquesa de Alba está en un momento espléndido de su madurez, que no de vejez, un término que le horroriza porque dice que viejos son los que se sienten así aunque tengan cincuenta años. Ella se mueve casi a ritmo adolescente. Por la mañana se va de compras, por la tarde, al cine, almuerza cada día con una amiga, acude al desfile de  trajes de flamenca de Lina, visita el rastrillo, toma el AVE como si fuera un taxi, acude al concierto de Pantoja en Madrid, trastea con  el novio…

Uffff. Sólo de enumerarlo produce agotamiento. Y aún le queda tiempo para visionar la serie de dos capítulos que han hecho sobre su vida. Desde el primer momento dio todo tipo de facilidades y prestó material gráfico y el Palacio de Liria para el rodaje. En la primera parte se narra su infancia. Hay escenas en las que la protagonista real se emocionó. Una de ellas fue al verse de niña Tana (así la llamaban de pequeña) llorando porque la separaban de su madre, enferma de tuberculosis. En otras se extrañaba de la interpretación que el director  había hecho de algunas situaciones. Decía que ella tenía el pelo más corto y que sus hijos eran rubios y no morenos, que no se había casado en Madrid sino en Sevilla y que llegó a la iglesia en coche de caballos y no en un rolls, como aparece en la cinta.

"Es el mundo del cine", le dijeron para que no trastocara más de la cuenta. Otro momento singular para la duquesa de carne y hueso fue al ver a la actriz que interpreta su papel recibiendo un beso apasionado del torero Pepe Luis Vázquez, su primer amor y con el que tuvo que romper por imperativo paterno.

La segunda parte comienza con Cayetana viuda y es quizá la más controvertida. Al menos para los hijos mayores que en algunos momentos de la ficción no quedan en buen lugar. Los actores que hacen de ellos no aceptan de buen grado los amores de su madre con Jesús Aguirre y conspiran contra éste último. Investigan su vida personal, profesional, amorosa, sus intereses y hasta su patrimonio. Al final triunfa el amor y por encima de todo, la decisión de Cayetana de ser feliz, que lo fue con el segundo duque.

Días después la duquesa comentaría que le impresionó ver el trabajo de los actores porque efectivamente la historia se desarrolló de esa manera. Aparte de algunas cuestiones nimias la mega aristócrata se sintió totalmente reflejada con el papel artístico. Quien no aparece es Alfonso Díez. Por ahora el que puede convertirse en tercer duque no tiene papel secundario, ni terciario, ni siquiera un cameo. De habérselo ofrecido, seguramente, habría hecho un gran trabajo.

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