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Marichalar 'se exilia' en París
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Marichalar 'se exilia' en París

Mientras su figura de cera agoniza en el almacén del Museo de Cera de Madrid -como publicó Vanitatis en exclusiva- , el duque sin ducado se

Foto: Marichalar 'se exilia' en París
Marichalar 'se exilia' en París

Mientras su figura de cera agoniza en el almacén del Museo de Cera de Madrid -como publicó Vanitatis en exclusiva- , el duque sin ducado se ha ‘exiliado’ al país vecino. Pensando que nada es mejor que poner tierra de por medio cuando el viento no sopla a favor, Jaime de Marichalar, que conserva el privilegio de volar gratis en primera con Iberia (quien tuvo, retuvo), cogió un avión rumbo a París.

Llegó a la ciudad de la luz sin intención de encontrar pareja, pero puede que buscando amor o el afecto que todos buscamos. Ese cariño que le han retirado muchos de sus conocidos, que él creía íntimos, desde que Marichalar no interesa socialmente. Quien no le ha retirado su amistad y apoyo es el propietario del grupo LVMH, Bernard Arnault, firma de la que el ex marido de la infanta Elena sigue siendo consejero. Con la hija del dueño del holding, Delphine Arnault, fue con quien tenía una cita.

Con ella y con la Alta Costura. Marichalar, que viaja a París con frecuencia, no se pierde una Semana de la Moda en la capital de Francia, aunque durante su etapa de casado jamás pisó una pasarela -ni con la mayor de los Reyes ni sin ellos-. Fue coincidiendo con el cese temporal de la convivencia cuando el todavía duque acudió a su primer desfile y desde entonces ha asistidoa numerosos front rows; este último, acompañado también por su íntima amiga Marisa Borbón, RR.PP. de Loewe (del grupo de lujo LVMH), una de las pocas que no le ha abandonado.

En París se siente cómodo y arropado, a diferencia de en España, donde apenas ha salido de casa desde que se hizo pública la separación. Se le ha visto recogiendo a sus hijos en el colegio y en un desayuno informativo, el pasado 25 de febrero; el que ofrecía la ministra de Cultura en el marco del Foro de la Nueva Sociedad. De actos sociales, ni uno. Esperando a que escampe el temporal en Madrid, Marichalar disfruta viendo desfiles en la que un día fue su ciudad de acogida, donde conoció el amor en forma de infanta Elena. París es quizá una de las ciudades donde más cómodo se siente y que en la se sigue sintiendo un ciudadano anónimo más.

Mientras su figura de cera agoniza en el almacén del Museo de Cera de Madrid -como publicó Vanitatis en exclusiva- , el duque sin ducado se ha ‘exiliado’ al país vecino. Pensando que nada es mejor que poner tierra de por medio cuando el viento no sopla a favor, Jaime de Marichalar, que conserva el privilegio de volar gratis en primera con Iberia (quien tuvo, retuvo), cogió un avión rumbo a París.