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Jaime Peñafiel: "El Rey no puede tener amigos"
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Jaime Peñafiel: "El Rey no puede tener amigos"

¿Sabía usted que la reina Sofía no es vegetariana en el sentido estricto del término? ¿o que el plato preferido del Rey Juan Carlos son los

Foto: Jaime Peñafiel: "El Rey no puede tener amigos"
Jaime Peñafiel: "El Rey no puede tener amigos"

¿Sabía usted que la reina Sofía no es vegetariana en el sentido estricto del término? ¿o que el plato preferido del Rey Juan Carlos son los huevos fritos? Éstas y otras cuestiones relacionadas con los almuerzos y cenas de las Casas Reales son las que aborda Jaime Peñafiel en La mesa está servida, majestad, su último libro, que toma el título de la frase con que uno de los sirvientes de Zarzuela dio por finalizado uno de los encuentros entre el periodista y el Rey.

Pocos conocen curiosidades tales como que en Buckingham Palace los camareros se guían por un sistema de semáforos para que no haya descoordinación a la hora de servir o retirar platos en una recepción real. Pero Peñafiel los cuenta en una obra que es, en parte, “un compendio de una etapa de mi vida”, comenta a Vanitatis.

Después de cuarenta años en la profesión periodística, pocas cosas se le escapan ya sobre la Casa Real, aunque sus opiniones no sean siempre del gusto de todos. “Soy crítico, no cortesano. Soy leal, que es distinto”, comenta Jaime Peñafiel, que asegura que “la diferencia está en que el cortesano escribe lo que piensa que a la Familia Real le va a gustar y el hombre leal escribe aquello que cree que se debe saber, le guste o no a la realeza”.

Como él mismo dice, su carrera “corre pareja a la vida de don Juan Carlos como rey”. Por eso, aunque tienen una relación de “cariño y mucho respeto”, no se considera un amigo del nieto de Alfonso XIII. “El Rey no puede tener amigos. Desconfía de todo aquel que diga que es amigo del Rey”, comenta en un intento de mantener las cosas en su lugar correspondiente, “el Rey primero es Jefe de Estado”.

Pese a todo, han sido muchos los ratos que él ha pasado siguiendo los detalles del devenir de la historia de la Familia Real, los mismos que le han hecho conocer algunos aspectos del monarca e incluso sentirse identificado. “Me gustan mucho los huevos rotos. El Rey tiene pasión por ellos, a todos los amigos que vienen a Madrid se los lleva a casa Lucio”, afirma Peñafiel, que añade entre bromas: “A muchos les ha llevado el Rey, pero nunca la Reina”.

Explica también el autor que doña Sofía no es vegetariana sino que, por una promesa que hizo en su día, decidió no volver a probar la carne. Sin embargo, si toma pescado aunque, nada que ver con el estilo del Rey. “Hasta en eso son diferentes”, comenta. “El rey es un hombre de cuchara. En su vida privada es un hombre que come bien, no es un cursi comiendo. La reina es otra cosa”, asegura.

Comenta que “la cultura musical de doña Sofía empieza en Bach y la don Juan Carlos en la ranchera mexicana. En la comida, el Rey se toma seis huevos fritos y ella una ensalada”. Pero las preferencias culinarias del soberano parecen de carácter casi genético: “lo heredó de su abuelo, Alfonso XIII, pero él era capaz de comerse hasta doce”, dice el escritor.

Ingleses y españoles: dos monarquías y mil costumbres distintas

Peñafiel, que piensa que Isabel de Inglaterra es “la reina por excelencia”, habla sobre las diferencias entre Zarzuela y Buckingham, entre ellas las referentes a los empleados. Saltan a la vista las cifras; sólo la cocina del palacio británico tiene casi tantos empleados como el palacio español: 100 frente a 125 trabajadores.

Sobre los Windsor asegura que “así como otras monarquías han intentado modernizarse y en algunos casos, como el español, vulgarizarse, con la boda del príncipe y Letizia, la Casa Real británica sigue siendo tradicional en muchos aspectos, como en los banquetes”.

Al preguntarle por esa “vulgarización”, establece una nueva comparación. Explica que a los cuatro días de la boda del príncipe Dinamarca con Mary Donaldson, que tuvo lugar una semana antes de la de los príncipes de Asturias, “se hizo público el coste, incluidos los sueldos de los funcionarios”. No sucede lo mismo con el caso del enlace del príncipe español, donde “nadie ha dado una cifra”.

“Siempre con respecto al dinero, en la monarquía española hay mucha opacidad, mucho secretismo” comenta el periodista, que opina que es algo “absurdo”. “¿Qué costaba decir lo que se había gastado en la boda cuando todo el mundo, si se casa un hijo, tira la casa por la ventana? La gente lo hubiera aceptado”, afirma.

Sobre el tema económico asegura Peñafiel que “todavía no sabemos el dinero que el príncipe recibe de su padre. Imagino que el fondo de armario de Letizia vale mucho dinero, y eso lo paga el Rey”. Añade que “el príncipe es el único heredero que no tiene asignación oficial por parte del Estado".

Sobre el dinero que se destina a la Casa Real asegura que el Rey percibe “nueve millones de euros al año para su familia y casa. Él lo administra como quiere". Pero se pregunta: “¿Cuánto le da a Felipe?”, un tema “que era necesario puntualizar y aclarar”.

Los almuerzos en casa del príncipe

Peñafiel cuenta que no acudió a la boda de Felipe y Letizia, pero afirma que “Ferrán Adriá y Juan Mari Arzak sirvieron la cena de la víspera e hicieron sus menús especiales, muy propios de ellos, pero luego el banquete tampoco fue nada del otro mundo”. Incluso señala que Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, “dice que pasó mucha hambre”. Él, por su parte, considera que quizá “fueron mejor los aperitivos que la comida”.

Aunque confiesa haber almorzado en varias ocasiones con el Rey, reconoce que nunca ha comido con los príncipes de Asturias. “Mi relación con Letizia no es buena, con el Rey es la que es, pero con el príncipe y Letizia las cosas no están bien porque yo soy muy crítico, yo no soy cortesano”, reitera.

Sobre los menús diarios en casa del Príncipe no aporta datos de la intimidad. Habla sobre aquellos rumores que atribuían una anorexia a la princesa. “El príncipe lo aclaró y dijo que Letizia come muchísimo y lo quema todo”, comenta. Asegura que tal vez esto ocurra porque “lo quema todo porque es una persona que debe de vivir en un estrés permanente por aquello de intentar ser la más en todo, y debía quedarse ya con la naturalidad”.

Cuando se trata la figura de Letizia, asegura que no le gusta “ese reto que tiene consigo misma me parece negativo para su propia vida”. Siguiendo con esa vena crítica afirma también que “debe tener presente que ella es la consorte, no la titular, pero se comporta como si fuese la titular y el príncipe el consorte”.

“Cuando Letizia aparece, es la protagonista. También quizá es que nosotros, la prensa, la hemos convertido en protagonista”, dice. Incluso sostiene que “está ensombreciendo al propio príncipe”. Algo que la reina nunca ha hecho porque dice que ella misma ha comentado en alguna ocasión que es “reina por estar casada con el Rey”.

Valoraciones aparte, los tiempos en que la princesa Sofía de Grecia y el entonces príncipe Juan Carlos se convertían en Reyes de España pasaron hace años y eso se nota en los comportamientos, las tradiciones y la gastronomía. Aunque, sin duda, más distarán esos instantes del momento en que sea al príncipe Felipe a quien su mayordomo le avise del fin de una entrevista con aquello de: “La mesa está servida, majestad”.

¿Sabía usted que la reina Sofía no es vegetariana en el sentido estricto del término? ¿o que el plato preferido del Rey Juan Carlos son los huevos fritos? Éstas y otras cuestiones relacionadas con los almuerzos y cenas de las Casas Reales son las que aborda Jaime Peñafiel en La mesa está servida, majestad, su último libro, que toma el título de la frase con que uno de los sirvientes de Zarzuela dio por finalizado uno de los encuentros entre el periodista y el Rey.