Los consejos del bastardo real a su sobrino

Que el Rey don Juan Carlos es un hombre coqueto nadie lo duda. Tiene fama de cuidar mucho su cuerpo y su vestuario, y entre las anécdotas que se cuentan sobre su coquetería hay una muy graciosa que atañe a su tío, Leandro de Borbón, con el que, digan lo que digan, se lleva muy bien.

Un buen día, en un funeral, se encontraron el tío y el sobrino y empezaron a charlar animadamente. Y en un momento determinado, el monarca dijo a su familiar: “Qué buena cabellera tienes, ya me gustaría tenerla yo”.

Don Leandro, que es de ágil memoria y respuesta rápida, miró a su sobrino y contestó divertido: “Pues, si quieres, te pasas por la clínica de tratamiento del cabello que lleva mi hijo y arreglamos el problema. Seguro que te hace un buen descuento”.

La conversación transcurrió sobre cauces muy distendidos y el rey se interesó por el estado de Conchita, la esposa de Leandro de Borbón, que pasa por delicados momentos de salud desde que sufrió un ictus hace dos años y tiene que ir cada día a realizar ejercicios de rehabilitación en un gimnasio, y no puede vocalizar en condiciones.

Que se sepa, don Juan Carlos no ha sentido la tentación de seguir un tratamiento capilar en la empresa de su primo, pero ahí quedó la oferta del hijo bastardo del Rey Alfonso XIII a su sobrino. Y una persona que estaba presente en la conversación asegura a Vanitatis que la proposición capilar iba en serio y que el Rey escuchó atentamente a su augusto tío.

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