Kyril de Bulgaria: "Soy un hombre feliz"

Kyril, príncipe de Preslav, es el segundo hijo de Simeón, ex rey y ex primer ministro de Bulgaria. Vive y trabaja en Londres como consultor financiero aunque en realidad, y como dato curioso, es un experto en física cuántica. Una materia en la que obtuvo la máxima calificación. Tiene una excelente relación con los “primos” Borbón, con los que prácticamente compartió infancia, adolescencia y juventud.

Separado de Rosario Nadal, ambos fueron padrinos de Irene Urdangarín, la primera y única hija de los duques de Palma. Kyril viajó a Madrid para apoyar un proyecto solidario de Codespa, la ONG de la que su primo Felipe es presidente (honorífico) y él patrón (ejerciente).

En esta ocasión se trataba de presentar el II torneo solidario Chefs& Golf copa Maserati, donde cocineros con estrella Michelin (Jesús Santos, Goizeko, Ricardo Sanz, Kabuki, Javier Librero, Wellington…) dedicarán parte de su tiempo para recaudar fondos. Un torneo que comenzará el 10 de mayo y que finalizará con una cena de gala en el hotel Wellington.

En esta ocasión el dinero irá destinado a un centro de jóvenes de Goma (Congo) para que a través de cursos de formación aprendan un oficio y, por lo tanto, la palabra futuro tenga para ellos un significado esperanzador. Así lo explicó Laura Castán, presidenta de Codespa y lo certificó Kyril de Bulgaria en la rueda de prensa previa. El príncipe de Preslav, que era consciente del interés que despierta para la prensa no económica, estuvo tranquilo y distendido.

No se rodeó de ninguna guardia pretoriana y aunque sólo se limitó a decir que era un hombre feliz prefirió no extenderse en cuestiones ajenas a su vida pública. Habló de lo necesario que es concienciar a sus hijos de la necesidad de ser solidarios: “Es un reto y cada vez más, por lo fácil que lo tienen nuestros niños (los míos y el resto). Piden una cosa por la mañana y por la tarde ya lo tienen. Hay que mantener los pies en la tierra y deben apreciar lo que tienen. Yo les hago que se lo ganen como nos hicieron mis padres a mí y a mis hermanos. Ellos están informados de lo que es Codespa y de mi trabajo. Me doy cuenta cuando hablo con ellos de que están al tanto de los temas medioambientales, obra social y ayuda a los más desfavorecidos. Y, por supuesto, que poco a poco se vayan involucrando en proyectos solidarios”.

Los “Bulgaria”, como se conoce a los hijos del ex rey, tuvieron la suerte de tener a un padre austero que les transmitió que debían buscarse la vida. Y así lo hicieron. Salvo Kalina, el resto obtuvieron su licenciatura (ingenierías varias y medicina) y han vivido de su trabajo. El patrono de Codespa confirmaba este aspecto: “Mi padre ha sido un ejemplo difícil a seguir y lo digo ahora como padre. Es tan fácil darle todo a los niños pero hago un esfuerzo para enseñarles lo mismo que me enseñaron a mí: apreciar lo que tenemos y, sobre todo, a que sean conscientes de que son unos privilegiados”.

Llamó la atención cierta cojera visible de Kyril, que no era tal sino unas agujetas de órdago. El domingo había participado en Londres en una maratón donde también corrió Beatriz, la nieta de la reina de Inglaterra, que se vistió de oruga (la joven, no su majestad) y treinta y siete mil participantes más. El caso es que el primo real está en un buen momento profesional y personal. Viaja a menudo a Madrid donde continúa su amistad o lo que sea con Cristina Tuñón, una treintañera divorciada, inteligente, con carácter, simpática y profesionalmente muy válida. Licenciada en Administración y Gestión de empresas y máster en Gestión de Carteras, entró a trabajar como becaria en UBS y más tarde organizó su propio equipo encargándose de grandes patrimonios, inversión en banca, capital riesgo… como informó Vanitatis en su momento.

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