Es noticia
Menú
Sin noticias del Rey durante diez días
  1. Noticias
NOTICIAS

Sin noticias del Rey durante diez días

El Rey abandonaba la Clínica Planas el viernes al mediodía. Y, como ya viene siendo habitual, lo hizo solo. Lo más llamativo es que no se citó a

Foto: Sin noticias del Rey durante diez días
Sin noticias del Rey durante diez días

El Rey abandonaba la Clínica Planas el viernes al mediodía. Y, como ya viene siendo habitual, lo hizo solo. Lo más llamativo es que no se citó a los medios gráficos y escritos para que dieran cuenta visual de la buena salud del monarca. Muy diferente a su anterior alta hospitalaria, donde tampoco hubo unidad familiar a su alrededor pero sí ciudadanía en forma de personal sanitario y prensa por todos lados que vitorearon al Jefe de Estado.

Una puesta en escena muy torera y muy acorde con los tiempos en que vivimos donde si no hay imágenes, nada existe. Esta vez, en cambio, todo ha sido muy diferente. La opacidad informativa vuelve a reinar en Zarzuela. Flaco favor hacen los responsables que deben velar y cuidar la imagen de don Juan Carlos con estas decisiones porque, al final, en vez de una familia normal y regia, dan la imagen de lo que se define como un entorno desestructurado. 

Respecto a la soledad real que, por supuesto, desmienten desde el gabinete de prensa (que pagamos todos, igual que las fotografías oficiales e institucionales) aseguran a Vanitatis que no es así porque “a Su Majestad le han acompañado sus colaboradores”. Como si todos los del staff se apellidaran  Borbón y formaran parte del árbol genealógico del monarca. Siguiendo esta pauta, también se podría hacer extensiva y encuadrar en la unidad familiar al cuerpo de seguridad, a los guardias civiles, a los mossos d`esquadra, a los celadores, a los especialistas del Planas…. Y, efectivamente, si se hace caso a la versión oficial, el Rey no sólo no había estado solo, sino que habría sido la envidia de cualquier líder sindical a la hora de convocar una manifestación.

A veces, no contar la verdad y escudarse en datos que no lo son producen situaciones tan surrealistas como ésta, que nada tiene que envidiar a  los guiones de la Primera Era Almodóvar. Pero si se analiza en clave de Jefe de Estado, no deja de sorprender que durante diez  días el secretismo haya sido la tónica que ha rodeado la vida hospitalaria de don Juan Carlos. ¿Quién le ha visitado? ¿Con quién ha estado todos estos días? ¿Cómo se encuentra? ¿Cuál ha sido su evolución? ¿Qué especialistas han permanecido a su lado? ¿En qué asuntos oficiales ha trabajado? ¿Por qué nadie de su familia ha pasado el fin de semana en Barcelona? ¿Quiénes son los amigos del Rey que le atienden ? ¿En qué consisten los ejercicios de recuperación? ¿Por qué no ha habido comunicado oficial de su segunda salida hospitalaria? ¿Por qué las Infantas Pilar y Margarita no han visitado al hermano/Rey? ¿Y los innumerables sobrinos? ¿Por qué el día de antes en Zarzuela no dieron datos e incluso marearon la perdiz como en los buenos tiempos?

Utilizando el reclamo más clásico de José Luis Perales, ¿a qué dedica (Su Majestad) el tiempo libre? Y así muchas preguntas que no tienen respuesta y cuya falta de explicación origina que las leyendas urbanas (como que el Rey no estaba en la Clínica Planas) crezcan al mismo ritmo que  la nariz de Pinocho cuando mentía. El caso es que la salida de don Juan Carlos no se ha documentado gráficamente a través de los medios estatales. En la agencia EFE, por ejemplo, no se ha distribuido la foto oficial de esta alta hospitalaria porque, como han informado a Vanitatis, “no se ha cubierto la información”. En cambio, sí lo han hecho reporteros de calle y los cámaras de televisiones privadas que hacían guardia desde que se supo que Su Majestad se había instalado en ese lugar.  En las televisones, el padre de Julio Iglesias, el entrañable 'Papuchi', habría calificado esta situación de rara, rara, rara.

El Rey abandonaba la Clínica Planas el viernes al mediodía. Y, como ya viene siendo habitual, lo hizo solo. Lo más llamativo es que no se citó a los medios gráficos y escritos para que dieran cuenta visual de la buena salud del monarca. Muy diferente a su anterior alta hospitalaria, donde tampoco hubo unidad familiar a su alrededor pero sí ciudadanía en forma de personal sanitario y prensa por todos lados que vitorearon al Jefe de Estado.