José Bono se consolida como personaje del corazón

El salto a la escenasocial de José Bono, actual presidente del Congreso de los Diputados, ha sido escalado, como su proyección en la política nacional. Durante seis legislaturas estuvo al frente de la comunidad autónoma de Castilla La Mancha para 19 años más tarde ocupar la cartera de Defensa.

Su popularidad no trascendía de la de un político alejado de los estereotipos, influyente y divertido. Pero durante las últimas semanas, las informaciones que giran en torno al tercero de abordo en el organigrama del Estado, tras el Rey y el presidente del Gobierno, tienen más que ver con motivos relacionados con su vida familiar y social fuera del Congreso que con la aprobación de los presupuestos del Estado o la Reforma Laboral.

Su consolidación como personaje de la prensa del corazón vino de la mano de la boda de su hija, Amelia Bono, con Manuel Martos, hijo a su vez del cantante Raphael y Natalia Figueroa, habituales de las publicaciones rosa. Desde que entroncaron, no ha sido difícil ver tanto al político como a su mujer, Ana Rodríguez, visitando a la familia Martos en su casa de Boadilla del Monte en Madrid, donde se celebran los cumpleaños familiares, o posando para los fotógrafos en las convocatorias sociales a las que suelen acudir, ya sea un estreno de una película o una boda de postín. Incluso, como recogen las revistas esta semana, accede a posar con sus consuegros y su mujer para celebrar con la prensa la celebración del cumpleaños de su nieto Jorge, de tan sólo un año.

La última aparición fuera del Congreso de los Diputados fue en la boda del hijo del presidente de Porcelanosa, Manuel Colonques Sanz, y la psicóloga Cristina Babiloni, que se celebró en Castellón en medio de una gran expectación. Un auténtico baño de masas, en las horas más bajas para Bono, cuando los medios de comunicación han puesto su lupa en su patrimonio. Además, su asistencia a la boda ha traído cola, ya que el mismo día se celebraba en el Palacio Real de Madrid el acto el acto de conmemoración de los 25 años de adhesión la Unión Europea, al que Bono declinó ir para en cambio acudir a la boda del heredero de la empresa ceramista.

Sea como fuere, la hemeroteca demuestra que la política no está reñida con convertirse en carne de corazón conscientemente. Otros, como Felipe González, en cambio, detestan que el final de su matrimonio y el principio de una nueva relación sirva para ilustrar las portadas de la revistas. Ahora que Morán ya no pasea por los pasillos de las Cortes, el humor corre a cargo de José Bono, presidente y todo un fenómeno mediático.