Del Bosque, Julio Iglesias y el hijo de Bono animan el verano de Marbella

Unos vienen y otros van, como los amores de verano, que tienen sabor a Sandy. Del Bosque aterriza en la ciudad del canto sin dueño y Julio Iglesias se baña en su piscina de Ojén estabilizando la temperatura para el concierto que hoy dará en Málaga. Vargas Llosa termina su foro literario y el hijo de Bono trota con su equino por las laderas de Benahavis justificando con agrado la separación de sus padres. Otros padres como Gunilla Von Bismark y Luis Ortiz que, en la gala de Concordia, nos anunciaban la ruptura de su hijo Francisco Ortiz con la primogénita de Jacques Hachuel, la bella Leticia.

 

Amores que comienzan y amores que terminan. Y es que el amor tiene su propio camino, pero también sus propias estaciones. Y la del estío es la más propicia para que el olor del deseo se convierta en adioses sumergidos. Hay algunos que se profesaran amor eterno, como Vicente del Bosque y su esposa. La plaza de los Naranjos de Marbella se tiñó de rojo y gualda con olor a azahar. El motivo: el homenaje que el pueblo marbellí le dio al “mister” peregrino de San Pedro.

 

El entrenador más famoso del mundo ya está de vacaciones en San Pedro de Alcántara. Tan modesto como siempre y dando lecciones de humildad con ese saber estar que caracteriza a esta familia charra de adopción costasoleña. Mirándole de reojo nadie sospecharía que este hombre ha conseguido una Copa del Mundo para nuestro país. Pero la que sí lo sabía es la alcaldesa del consistorio que promovió un homenaje vistiendo la fachada del mismo con una gran bandera, para simbolizar la unión con el equipo nacional de fútbol.

 

 

Vicente del Bosque se emocionó en más de una ocasión y estampó su firma en el ‘Libro de Honor’ del Ayuntamiento: “Soy un salmantino sin fronteras y llevo ocho años viniendo aquí a descansar”, alegó. Sobre el Mundial de Sudáfrica, el seleccionador explicó que “tenemos la sensación de haber cumplido nuestra misión” y lo que más le congratula de todo ésto es que “independientemente de la victoria, la gente se ha sentido bien representada por los jugadores y por la manera de ganar el título”.

 

El chapuzón de Julio Iglesias

 

El hijo adoptivo de Málaga también se baña en su piscina caribeña de Ojén nivelando así la temperatura corporal en su finca de los montes de Elviria, ese casoplón que en su día compró al torero Curro Romero en Ojén. Julio llegó el sábado a su mansión y está disfrutando a tope con sus hijos pequeños. Los “mega rubios de las lomas” les llaman los vecinos. A los pequeños Iglesias se les suele ver jugando con su madre Miranda en el golf de Río Real o bañándose en el cable ski. Julio no les acompaña. El sólo quiere descansar: “Éste ha sido un año ajetreado, con 45 conciertos en todas las partes del mundo. Necesito relax”. Después del concierto que hoy ofrecerá en Málaga, el único multitudinario en Europa de esta gira, el artista se encerrará a partir de agosto en su estudio de Ojén para regrabar un centenar de canciones que sacará en un vinilo nuevo antes de Navidad.  

 

Gunilla estrena nuera

 

Los que estrenan nuera este verano son los Von Bismark. Cuando ya parecía consolidado el noviazgo entre Francisco Ortiz y Leticia Hachuel, enamorados hasta la médula el verano pasado, y con sonidos campanas de boda, las que ahora suenan van por otros derroteros. Luis Ortiz nos confirmaba la ruptura de la pareja en la gala de la Concordia y afirmaba “que en estas cosas no debemos meternos nosotros. Francisco está feliz. Lleva seis meses con su nueva novia y nosotros sólo queremos lo mejor para él”.

 

Y así como unos padres hablan de la ruptura de los “amoríos” de sus vástagos, otros hijos hablan de la ruptura del amor de sus padres. Es el caso José Bono Jr., que ha participado un año más este fin de semana en el concurso hípico del Marbella Club. Bono junior ha hablado por primera vez de la reciente separación de sus padres. El ve bien la ruptura y puntualiza que “si realmente ellos van a ser más felices, yo prefiero que se separen”. Pero esto no es todo, porque José, además de hablar de las lindezas de su caballo, abundó en el daño que se le está haciendo a su familia “con todas las mentiras que se están diciendo de nosotros”. Pero, con toda cautela y sin acritud, nos dejo muy claro que “el tiempo pondrá a cada uno en su sitio, eso se va a ver y nosotros estamos muy tranquilos”. La acumulación de silencios como el exceso de ruido termina por matar al amor. Eso al menos se escucha en la ciudad de un canto sin dueño.