Michelle deja compuestos y sin novia a los 'vips' hispanos de la gala benéfica Starlite

La 'Starlite' se quedó sin Michelle. La primera dama prefirió irse de cena a 'La Meridiana', el restaurante que en su día fundara Paolo Ghirelli, y que tanta historia pinta en sus mesas. La mujer del presidente de EEUU vivió una velada de ensueño y saboreó gustosa los preciados platos de Luis Lezama: crema de patatas al carbón con vieiras, un salteado de solomillo con brotes de soja, ajitos tiernos y boletus y un suflé de chocolate.

 

Cuando Michelle se interesó por la historia del local y le hablaron de este templo nostálgico de la jet set, la primera dama pidió que le aclararan el concepto. Nadie se atrevió a definir lo que decía Villalonga: "la jet set somos aquellos que nos levantamos más tarde de las 3”. Junto a los jardines y con el rumor del agua de las fuentes de fondo, Michelle y sus tres amigas se transportaron a los otros tiempos de Marbella.

 

Mientras tanto, en la gala del Villa Padierna todos esperaban que asomara la cabeza de un momento a otro. Pero los 500 invitados se quedaron 'compuestos y sin novia', porque la señora Obama subió a su preciosa villa -donde ya sonaba el adagio de Albinoni- y se durmió soñando con los tiempos de la jet set, cuando ella solo era una chiquilla que saltaba los charcos en Chicago.

 

Se duplicaron las entradas

 

La expectación por la primera dama fue tal que la lista de invitados se duplicó. Desde la mañana del viernes, unos 80 operarios trabajaban sin descanso para que todo relumbrara; tanto en el escenario, como en los trabajos para ampliar el perímetro inicialmente previsto, pensado para 300 mesas que se convirtieron en 500.

 

Para poder aumentar el número de mesas en la esperada gala, la organización colocó mesas en los sitios más inesperados. Dos lagos del hotel, situados justo delante del campo golf del Villa Padierna, en la balaustrada principal, se cubrieron para acomodar a un mayor número de personas.

 

El anfitrión de la fiesta, Antonio Banderas, andaba de allá para acá colocando todo. Cuando llegaron los cuatro autobuses cargados de periodistas pidió respeto para Michelle y no se cansó de repetir como si fueran párvulos: "no atosigarla" -que para eso él de “persecuciones entiende mucho-. Por eso insistía que lo mejor era dejarla tranquila, "porque si no, no va a volver más a nuestra tierra". La verdad es que de los cuatro autobuses con periodistas acreditados, 50 iban a trabajar y los otros 150 a hacerse fotos con los famosos para colcarlas a los pocos minutos en el Facebook.

 

Banderas pletórico

 

Respecto a las entradas que se habían vendido diciendo que Michelle asistiría a la gala, el actor precisó que su compañera de profesión Eva Longoria "realizó gestiones en EEUU para contar con su presencia", pero que había que respetar la decisión de la primera dama, que llevaba una agenda muy ajetreada.

 

Lo importante para Banderas es que "es bonito que personajes de esta categoría se fijen en nuestra tierra y más después de lo que ha pasado por aquí, que ha sido duro". Antonio estaba pletórico. No es muy normal verlo al lado de su esposa y su hija en ningún sarao marbellí, pero la causa esta vez lo justificaba todo: “A mí me habréis visto en muy poquitas fiestas, vengo a esta porque tengo el interés ya que soy el presidente de la fundación 'Lágrimas y favores', que como sabéis está muy ligada a la Universidad de Málaga y a la Semana Santa".

 

Estela del Carmen, vestida -como su madre- de blanco satén, miraba embobada a su padre, por quien siente devoción. Banderas sólo quiso dejar claro que "lo fundamental es que podamos recaudar fondos que nos permitan alcanzar los objetivos de las tres fundaciones que participamos".

 

Eva y Tony

 

La finalidad de la gala era recaudar fondos con los que mejorar la vida de comunidades, familias y niños sin recursos en cualquier parte del mundo. Para ello, tanto Eva Longoria como Tony Parker utilizaron todo su arte para cautivar a los espectadores. Durante la cena hubo actuaciones en directo de Tamara, Rafael Amargo, David de María, Chenoa, Manu Tenorio y Ángela Carrasco. Unos vips en el escenario y otros en las mesas. Todos por una causa noble.

 

Entre los vips más recatados pudimos ver a la nueva familia Von Bismark, luciendo Francisco Ortiz nueva novia, amén de la “bella Leticia”. El matrimonio de Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas nada quiso comentar de los bolos de Carmen Martínez-Bordiú por Marbella. La que no paraba de sonreír y mostrar su encanto fue Eugenia Silva. Después fueron llegando Adriana Karembeau, Boris Becker y su esposa, Purificación García, Carlos Herrera y Mariló Montero. Todos menos Michelle, que prefirió la ciudad del canto sin dueño para pasar su ultimo día en la Costa del Sol. Pese a quien le pese, Marbella esta de moda.